L D (EFE) El primero fue Phelps en la final más esperada. El estadounidense se enfrentaba al holandés Pieter van den Hoogenband en una de las distancias más espectaculares y en la que el europeo hizo el lunes mejor marca de clasificación y que en Atenas le había batido en la final olímpica de 2004. El anterior récord estaba en poder del australiano Ian Thorpe, retirado oficialmente el pasado mes de noviembre, desde los Mundiales de Fukuoka, en Japón, en 2001, con un registro de 1:44.06.
En la final de los 200 metros libre el americano superó a Van den Hoogenband, medallista de plata en esta distancia en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y que tenía el mejor crono de los finalistas, y al surcoreano Tae Park, de 17 años, que el pasado domingo en Melbourne se proclamó campeón del mundo de los 400 metros libre. El holandés hizo 1:46.28; el coreano, 1:46.23; y el australiano Kenrick Monk, 1:47.12, mientras que el italiano Massimiliano Rosolino, medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de 2000 en Sydney, no pudo subir al podio y fue cuarto con 1:47.18.
Phelps dominó la final y pudo en todo momento con Van den Hoogenband. El estadounidense salió mucho mejor que el holandés y, si bien éste le cogía al final de cada 50 metros, el nadador de Baltimore era mucho más rápido en cada giro, sobre todo en el paso del 150 cuando decidió la carrera. Sacó tanta ventaja en el último volteo que debió de hundir a su rival, ya que tras haberle dado casi alcance en los 50 metros anteriores Van den Hoogenband se encontró de nuevo una distancia que ya iba a ser insalvable. Phelps apretó sabiendo que Van den Hoogenband es más rápido que él y esa presión fue la que le hizo rebajar la histórica marca de Thorpe, precisamente en el país de éste y en el que el oceánico es un héroe.
En 110 pruebas disputadas no se había recortado ningún récord mundial en Melbourne y en dos, ésta y la de 100 metros espalda femeninos, cayeron dos de forma consecutiva, ya que la estadounidense Natalie Coughlin pudo con su propia mejor marca en esa distancia. Luego vendrían tres más y dos de los campeonatos. El segundo el de Coughlin en los 100 espalda; más tarde el de Peirsol; el de los campeonatos de la estadounidense Kate Ziegler en los 1500 libre; el de Pellegrini en las semifinales de los 200 libre; y el de los campeonatos de la australiana Leisel Jones en los 100 braza. Coughlin pudo con la estrella de la natación francesa Laure Manaudou y rebajó su mejor marca mundial con 59.44 para batir el 59.58 que tenía desde agosto de 2002 en un registro establecido en Fort Lauderdale, en los Estados Unidos. Fue la primera decepción de la francesa, que aún así fue segunda con 59.87 por delante de la japonesa Reiko Nakamura, tercera con 1:00.40.
En los 1.500, minutos después, llegaría la segunda decepción para Manaudou, la más dura, ya que fue última en la final de esta distancia en la que es campeona de Europa. Ziegler rebajó la mejor marca de los campeonatos en un bonito final en el que tuvo que darlo todo para que la suiza Flavia Rigamonti no le arrebatara el título. Tercera fue la japonesa Ai Shibabata y cuarta la española Erika Villaécija. La estadounidense hizo 15:53.05 cuando la mejor marca de los campeonatos estaba en poder de la alemana Hannah Stockbauer desde los Mundiales de Barcelona en 2003 con un registro de 16:00.18.
Entonces llegó el turno de otro americano. El gran dominador de la espalda en los últimos años. Peirsol batió el récord del mundo con 52.98 que él mismo tenía en 53.17, logrado en Indianápolis, en los Estados Unidos, en 2005, y se convierte en el primero que baja de los 53 segundos en esta distancia. Su compatriota Ryan Lochte, que ayer bajó el de los campeonatos, fue segundo en la piscina del Rod Laver Arena, con 53.50, y el británico Liam Tancock, tercero con 53.61. Si en tres días de competición no se había batido ninguna mejor marca mundial, este martes iban a caer cuatro. Todavía estaba por llegar la de Pellegrini. La más sorprendente por ser en unas semifinales y porque no estaba entre las tres mejores de las series previas.
La italiana se impuso en su semifinal de los 200 metros libre con un crono de 1:56.47 por delante de la alemana Annika Lurz, con 1.56.67. El anterior récord del mundo estaba en poder de la germana Franziska van Almsick, con 1:56.64, desde los campeonatos de Europa de 2002. Manaudou fue cuarta en la serie de la transalpina y quinta entre las dos semifinales con 1:57.30. En la primera semifinal ganó la estadounidense Katie Hoff, con el cuarto mejor tiempo de las semifinalistas, 1:57.29.
Por último, la australiana Leisel Jones se proclamó campeona del mundo de los 100 metros braza en la última final de la jornada de este martes, y revalidó su título. Jones, además, pudo con el récord de los campeonatos, que tenía la estadounidense Jessica Hardy con 1:06.20 desde Montreal 2005. La nadadora local hizo hoy 1:05.72 por 1:06.34 de la americana Tara Kirk y 1:07.27 de la ucraniana Anna Khlistunova, medalla de bronce.
En la final de los 200 metros libre el americano superó a Van den Hoogenband, medallista de plata en esta distancia en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y que tenía el mejor crono de los finalistas, y al surcoreano Tae Park, de 17 años, que el pasado domingo en Melbourne se proclamó campeón del mundo de los 400 metros libre. El holandés hizo 1:46.28; el coreano, 1:46.23; y el australiano Kenrick Monk, 1:47.12, mientras que el italiano Massimiliano Rosolino, medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de 2000 en Sydney, no pudo subir al podio y fue cuarto con 1:47.18.
Phelps dominó la final y pudo en todo momento con Van den Hoogenband. El estadounidense salió mucho mejor que el holandés y, si bien éste le cogía al final de cada 50 metros, el nadador de Baltimore era mucho más rápido en cada giro, sobre todo en el paso del 150 cuando decidió la carrera. Sacó tanta ventaja en el último volteo que debió de hundir a su rival, ya que tras haberle dado casi alcance en los 50 metros anteriores Van den Hoogenband se encontró de nuevo una distancia que ya iba a ser insalvable. Phelps apretó sabiendo que Van den Hoogenband es más rápido que él y esa presión fue la que le hizo rebajar la histórica marca de Thorpe, precisamente en el país de éste y en el que el oceánico es un héroe.
En 110 pruebas disputadas no se había recortado ningún récord mundial en Melbourne y en dos, ésta y la de 100 metros espalda femeninos, cayeron dos de forma consecutiva, ya que la estadounidense Natalie Coughlin pudo con su propia mejor marca en esa distancia. Luego vendrían tres más y dos de los campeonatos. El segundo el de Coughlin en los 100 espalda; más tarde el de Peirsol; el de los campeonatos de la estadounidense Kate Ziegler en los 1500 libre; el de Pellegrini en las semifinales de los 200 libre; y el de los campeonatos de la australiana Leisel Jones en los 100 braza. Coughlin pudo con la estrella de la natación francesa Laure Manaudou y rebajó su mejor marca mundial con 59.44 para batir el 59.58 que tenía desde agosto de 2002 en un registro establecido en Fort Lauderdale, en los Estados Unidos. Fue la primera decepción de la francesa, que aún así fue segunda con 59.87 por delante de la japonesa Reiko Nakamura, tercera con 1:00.40.
En los 1.500, minutos después, llegaría la segunda decepción para Manaudou, la más dura, ya que fue última en la final de esta distancia en la que es campeona de Europa. Ziegler rebajó la mejor marca de los campeonatos en un bonito final en el que tuvo que darlo todo para que la suiza Flavia Rigamonti no le arrebatara el título. Tercera fue la japonesa Ai Shibabata y cuarta la española Erika Villaécija. La estadounidense hizo 15:53.05 cuando la mejor marca de los campeonatos estaba en poder de la alemana Hannah Stockbauer desde los Mundiales de Barcelona en 2003 con un registro de 16:00.18.
Entonces llegó el turno de otro americano. El gran dominador de la espalda en los últimos años. Peirsol batió el récord del mundo con 52.98 que él mismo tenía en 53.17, logrado en Indianápolis, en los Estados Unidos, en 2005, y se convierte en el primero que baja de los 53 segundos en esta distancia. Su compatriota Ryan Lochte, que ayer bajó el de los campeonatos, fue segundo en la piscina del Rod Laver Arena, con 53.50, y el británico Liam Tancock, tercero con 53.61. Si en tres días de competición no se había batido ninguna mejor marca mundial, este martes iban a caer cuatro. Todavía estaba por llegar la de Pellegrini. La más sorprendente por ser en unas semifinales y porque no estaba entre las tres mejores de las series previas.
La italiana se impuso en su semifinal de los 200 metros libre con un crono de 1:56.47 por delante de la alemana Annika Lurz, con 1.56.67. El anterior récord del mundo estaba en poder de la germana Franziska van Almsick, con 1:56.64, desde los campeonatos de Europa de 2002. Manaudou fue cuarta en la serie de la transalpina y quinta entre las dos semifinales con 1:57.30. En la primera semifinal ganó la estadounidense Katie Hoff, con el cuarto mejor tiempo de las semifinalistas, 1:57.29.
Por último, la australiana Leisel Jones se proclamó campeona del mundo de los 100 metros braza en la última final de la jornada de este martes, y revalidó su título. Jones, además, pudo con el récord de los campeonatos, que tenía la estadounidense Jessica Hardy con 1:06.20 desde Montreal 2005. La nadadora local hizo hoy 1:05.72 por 1:06.34 de la americana Tara Kirk y 1:07.27 de la ucraniana Anna Khlistunova, medalla de bronce.