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PERFIL: El Camacho del fútbol brasileño, tercer entrenador del Madrid en cuatro meses

El técnico brasileño Vanderlei Luxemburgo se ha convertido en nuevo entrenador del Real Madrid en sustitución de Mariano García Remón, que asumió el puesto tras la marcha de José Antonio Camacho a los pocos meses del inicio de la competición y que ha estado al mando apenas cien días. Esta es, además, la primera decisión de Arrigo Sacchi tras ser fichado como director de fútbol del club.

(Libertad Digital) Luxemburgo es uno de los entrenadores más laureados en su país, ya que en sus 23 años de carrera como técnico suma en su palmarés un total de veinte títulos, siendo el preparador, con cinco, que más títulos de Liga ha ganado.
 
El técnico volverá así a dirigir a Roberto Carlos y a Ronaldo, a los que ya tuvo en la selección carioca, siendo además el último entrenador del delantero en Brasil cuando ambos militaban en el Cruzeiro y antes de su marcha al fútbol europeo, al PSV Eindhoven.
 
Como jugador -ocupaba la demarcación de lateral izquierdo-, no brilló demasiado, pero ganó varios títulos. Tras dar el salto como entrenador, Luxemburgo ha dirigido a los grandes clubes cariocas como el Palmeiras -donde estuvo diecisiete temporadas-, el Santos, el Flamengo y el Corinthians, con los que ganó numerosos títulos.
 
Además, en su palmarés hay que destacar su presencia como seleccionador de Brasil, desde 1998, cuando sustituyó a Mario Zagallo tras ganar el Mundial de Francia, al 2000, logrando con la canarinha conquistó la Copa América en 1999. Sin embargo, su actuación con la selección fue muy criticada, ya que fue el entrenador que dejó fuera de la selección a Romario. Como entrenador de clubes ha ganado la Liga del estado de Espirito Santo (1983), la Liga brasileña de Segunda División (1989), la Liga del estado de Sao Paulo (1990, 1993, 1994, 1996 y 2001), la Liga brasileña (1993, 1994, 1998, 2003 y 2004), el Torneo Río-Sao Paulo (1993 y 1997), la Copa Intercontinental (1996) y la Copa brasileña (2003).

Una trayectoria polémica

En lo personal, Luxemburgo ha tenido mil y una vicisitud. En octubre de 2001 el entrenador perdió tres demandas entabladas en tribunales de Río de Janeiro contra su ex secretaria Renata Alves, que le denunció laboralmente el año anterior y con su acción reveló ante la prensa que había sido su amante, suministrando supuestas pruebas de que el técnico evadía impuestos y hasta cobraba comisiones a clubes e intermediarios por la promoción de jugadores.

El escándalo costó a Luxemburgo sendas investigaciones por parte de autoridades fiscales y judiciales, además del cargo en la selección brasileña.

En mayo de ese mismo año, Luxemburgo corrió el riesgo de ir a la cárcel por el uso de documentos de identidad falsos, ya que los documentos personales que portaba lo identificaban con el nombre de "Wanderley", en lugar de "Vanderlei", como fue bautizado por sus padres.

 
También le salpicó otro turbio asunto que él mismo denunció. Luxemburgo denunció que había sido presionado para alinear a determinados jugadores en los partidos amistosos que jugaban la selección.
 
El nuevo técnico madridista es, además, un hombre lleno de pequeñas manías y supersticiones. No puede resistirse ante un par de zapatos de su gusto y al parecer refuerza sus tácticas con una ciega creencia en el candomblé –religión de los negros iorubas, en el estado de Bahía– y los milagros de sus dioses u orixás.
 

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