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Pereiro ve premiado su esfuerzo y logra la segunda victoria española en el Tour 2005

El corredor gallego Óscar Pereiro (Phonak) ha tocado por fin el cielo en el Tour de Francia con su victoria en la decimosexta etapa, de 180,5 kilómetros entre Mourenx y Pau, y compensa así el disgusto de su derrota del pasado domingo en Saint Lary ante George Hincapie. Se trata del segundo triunfo español en la presente edición de la ronda gala tras el logrado la semana pasada por Alejandro Valverde en la cima de Courchevel.

El corredor gallego Óscar Pereiro (Phonak) ha tocado por fin el cielo en el Tour de Francia con su victoria en la decimosexta etapa, de 180,5 kilómetros entre Mourenx y Pau, y compensa así el disgusto de su derrota del pasado domingo en Saint Lary ante George Hincapie. Se trata del segundo triunfo español en la presente edición de la ronda gala tras el logrado la semana pasada por Alejandro Valverde en la cima de Courchevel.

L D (EFE) Ha sido todo un premio a la combatividad, al espíritu ambicioso y a la perseverancia. Pereiro, a sus 27 años, ya tiene inscrito su nombre en la historia del Tour. En una llegada de cuatro escapados ha sido el más rápido, solo un poco más que el navarro Xabier Zandio, del Illes Balears, que completaba una buena jornada española. El italiano Mazzoleni (Lampre) y el australiano Cadel Evans (Davitamon) han sido tercero y cuarto, respectivamente.

El ciclista pontevedrés ha curado su decepción de haber perdido la etapa de Saint Lary ante el amigo de Armstrong, quien se aprovechó de su trabajo y le "engañó" en la subida. Prometió buscar la etapa que tanto merecía, pues lleva todo el Tour de titular indiscutible en las escapadas. La recompensa le llegó a la primera oportunidad, y al fin, levantó exultante los brazos. Marcó un tiempo de cuatro horas, 38 minutos y 40 segundos. Es la primera del Phonak en su historia y la 102 de un español. Profesional desde 2000, Pereiro debutó en el Tour en 2004 y ya sorprendió con la décima plaza. En su palmarés ya tiene seis victorias, aunque la de este martes es la más bonita y la más deseada, de esas que hacen feliz a un corredor. En este caso a un guerrillero del asfalto, a un escalador todoterreno que ya dejó antes su sello con triunfos en la Semana Catalana, Clásica de los Alpes, Vuelta a Romandía y a Suiza.

A 2:27 minutos del ciclista gallego se presentó un grupo de corredores con el español Juan Antonio Flecha, otro luchador, como Pereiro, y el pelotón de los favoritos, tachando una hoja más del calendario, a 3:25. Armstrong, después de despejar varios ataques en los puertos, se acercó un poco más al séptimo Tour. La general no se altera con Armstrong de comandante en jefe por delante de Ivan Basso, a 2.46 y de Rasmussen, a 3.09, los inquilinos actuales del podio. El alemán Jan Ullrich mantiene la cuarta plaza a 5:58 y Francisco Mancebo la quinta a 6:31.

Pereiro no saltó en la primera escapada, que se fraguó en el km 26, pero no se podía estar quieto, por lo que decidió salir en persecución de los fugados en el ascenso del primer puerto (kilómetro 64) y justificar el dorsal rojo que diferencia al más combativo de la jornada anterior. Saltó en la Marie Blanque, pasó el Aubisque pisándole los talones a Evans, que marchaba solo, en el descenso le alcanzó junto a Mazzoleni y Zandio y en la recta remató. La historia entre los grandes no fue de leyenda, precisamente. Ivan Basso, con ayuda de Sastre y Vinokurov volvieron a probar suerte en el ascenso de la Marie Blanque (primera categoría). Armstrong, con su inseparable Hincapie aún al lado, ni se inmutó ante una maniobra que se tradujo en la selección del numeroso pelotón.

El Col del Aubisque, el último puerto temible de la presente edición y uno de los colosos del Tour lo conquistó el australiano Cadel Evans (Davitamon-Lotto). A 47 segundos pasaba Pereiro, a 59 Mazzoleni y David Arroyo (Illes Balears), a 2.25 Flecha y a 4.13 Armstrong con el grupo de favoritos. Mancebo se había descolgado. Los del T-Mobile, con sucesivos ataques de Vinokurov, se hartó de molestar al americano, pero nadie sacó provecho. También demarró Kloeden, luego Ullrich, pero el maillot amarillo retumbaba ante sus ojos. Incluso Roberto Heras se dejó ver en un demarraje efímero.

En el descenso del puerto Pereiro, Zandio y Mazzoleni alcanzaron a Evans y entre los cuatro juntaron fuerzas e ilusiones para luchar en los 40 kms que tenían a meta con 2.50 de renta delante de 8 perseguidores, con Juan Antonio Flecha (Fassa). A más de 6 minutos viajaba Armstrong junto a las caras habituales, ya con Mancebo recuperado de sus apuros en el Aubisque. Con la escapada controlada, los favoritos ya podían ir pensando en la siguiente etapa.

A 3 kilómetros de Pau y con los perseguidores a dos minutos la etapa entraba en la fase de su resolución. La discusión fue entre cuatro, entre los que Zandio no dio un pedal de más, se metió a cola de grupo a verlas venir. Evans arrancó, Mazzoleni respondió de inmediato y Pereiro, fuerte y poderoso no se quedó con la miel en los labios. Se sacó la espina y ahora podrá pagar el coche nuevo con más holgura. Quien la sigue la consigue. Se lo podrá contar a su hijo, que nacerá en octubre.

El Tour vuelve al llano después de tres etapas pirenaicas y una jornada de descanso. La decimoséptima etapa, entre Pau y Revel, de 239 kilómetros, es la más larga de la 92 edición y será propicia para los rodadores, los esprinters y los interesados en el maillot verde de la regularidad.

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