L D (EFE) "Me he sacado una espina, pero no tengo nada en contra de Hincapie. El otro día se sacaron las cosas de quicio. El americano me engañó. No esperaba que iba a estar tan fuerte al final, pero le respeto, esto es una carrera y cada uno defiende sus intereses", señala el ciclista pontevedrés.
Pereiro, de 27 años, explica que atacó en el primer puerto en persecución de los escapados "porque era la única oportunidad de recortar, estaba hablado desde la mañana, por lo que saqué todas mis fuerzas. Sabía que si llegaba con los de delante a la cima del Ausbisque, sería un gran día para mi", dice. Profesional desde 2000, Pereiro fue décimo el año pasado y en la presente edición pronto cambiaron sus planteamientos. "Vine para la general, pero desde el principio vi que había mucha gente para luchar por los primeros 10 puestos y me dediqué a dar espectáculo e intentar ganar una etapa", explica.
Respecto a si su victoria compensa la actuación general de los españoles dice: "Estamos mal acostumbrados desde la época de Induráin. Hay corredores que no han dado la talla, pero hay que vivir la carrera desde dentro y ver el nivel que hay. Con estas victorias dejamos un buen sabor de boca". En la bajada del Aubisque hubo de bajarse de la bicicleta por un problema mecánico que le supuso perder contacto con sus compañeros de fuga. "Me saltó una piedra y quedó encajada entre el tubular y el cuadro. Me asusté, pero el coche auxiliar venía detrás y se puso solucionar el problema muy rápido", comenta.
Pereiro se ha acordado de Álvaro Pino, el director que le llevó al Phonak. "Álvaro me dio la oportunidad de llegar al equipo y con el crecí deportivamente. Es una pena lo que pasó, pero estará contento, un poco de la victoria le corresponde", dice. El corredor gallego, en clave irónica, asegura que durante el descenso iba pensando "en la prima que me iban a dar y lo bien que me vendría para pagar el coche nuevo".
Sobre lo que suponía para su equipo estrenar su palmarés en el Tour dice: "Para el Phonak es una victoria muy importante y un premio para un fanático del ciclismo, como es nuestro patrón, Andy Rihs". Pereiro ha dedicado la victoria a su mujer, que está embarazada de seis meses y le dará su primer hijo en octubre, aunque en los momentos tensos de la carrera sólo iba concentrado en no caerse. "María, mi mujer, lo pasó muy mal cuando me caí en La Madeleine", concluyó.
Pereiro, de 27 años, explica que atacó en el primer puerto en persecución de los escapados "porque era la única oportunidad de recortar, estaba hablado desde la mañana, por lo que saqué todas mis fuerzas. Sabía que si llegaba con los de delante a la cima del Ausbisque, sería un gran día para mi", dice. Profesional desde 2000, Pereiro fue décimo el año pasado y en la presente edición pronto cambiaron sus planteamientos. "Vine para la general, pero desde el principio vi que había mucha gente para luchar por los primeros 10 puestos y me dediqué a dar espectáculo e intentar ganar una etapa", explica.
Respecto a si su victoria compensa la actuación general de los españoles dice: "Estamos mal acostumbrados desde la época de Induráin. Hay corredores que no han dado la talla, pero hay que vivir la carrera desde dentro y ver el nivel que hay. Con estas victorias dejamos un buen sabor de boca". En la bajada del Aubisque hubo de bajarse de la bicicleta por un problema mecánico que le supuso perder contacto con sus compañeros de fuga. "Me saltó una piedra y quedó encajada entre el tubular y el cuadro. Me asusté, pero el coche auxiliar venía detrás y se puso solucionar el problema muy rápido", comenta.
Pereiro se ha acordado de Álvaro Pino, el director que le llevó al Phonak. "Álvaro me dio la oportunidad de llegar al equipo y con el crecí deportivamente. Es una pena lo que pasó, pero estará contento, un poco de la victoria le corresponde", dice. El corredor gallego, en clave irónica, asegura que durante el descenso iba pensando "en la prima que me iban a dar y lo bien que me vendría para pagar el coche nuevo".
Sobre lo que suponía para su equipo estrenar su palmarés en el Tour dice: "Para el Phonak es una victoria muy importante y un premio para un fanático del ciclismo, como es nuestro patrón, Andy Rihs". Pereiro ha dedicado la victoria a su mujer, que está embarazada de seis meses y le dará su primer hijo en octubre, aunque en los momentos tensos de la carrera sólo iba concentrado en no caerse. "María, mi mujer, lo pasó muy mal cuando me caí en La Madeleine", concluyó.