Según informa el diario Marca, Ferry no sólo pide tolerancia cero con los casos de dopaje, sino que incluso va más allá. “Hasta que no endurezcamos las penas, no nos libraremos de la gente de baja moral”, ha dicho el deportista sueco, que está casado con una mujer que participa en concursos de pulsos.
Ferry no es ningún desconocido en el mundillo: lleva participando en la Copa del Mundo de biatlón desde el año 2005 y ganó dos pruebas de persecución en 2007 y 2008.
El año pasado Ferry ya se destapó con críticas a los tramposos cuando calificó de “idiotas dopados” a los biatletas rusos sancionados por dopaje. Desde entonces denunció haber recibido amenazas de muerte por sus declaraciones.