L D (EFE) Su asombroso registro vencedor mejora en 1:53 minutos la marca de 2h17:18 que le dio la victoria el 13 de octubre pasado en el maratón de Chicago y que le puso al frente de la lista mundial de todos los tiempos en la distancia de los 42.195 metros. Su predecesora como plusmarquista mundial, la keniana Cateherine Ndereba, tardó cuatro minutos más en llegar a la meta en Londres (2h19:54) y la estadounidense Deena Drossin completó el podio con un tiempo de 2h21:15 que mejora por seis segundos el récord nacional de Jean Benoit. Las condiciones meteorológicas de la capital inglesa colaboraron en la majestuosa exhibición de Radcliffe. Una ligera brisa y una temperatura de 10 grados recibieron a los corredores en la salida, a las 10 de la mañana.
Radcliffe, de 29 años, hizo carrera aparte desde el principio. Con un parcial de 5:10 en la primera milla (1.609 metros) dejó atrás a todas sus rivales y estableció, con la ayuda de dos liebres kenianas, el ritmo que la conduciría al increíble registro de 2h15:25. A mitad de recorrido la británica, siempre precedida de las liebres, había consumido 1h08:02. La rumana Dita Constantinba iba segunda a 1:19 de la británica y el grupo estaba ya a más de tres minutos. En el kilómetro 30 Radcliffe (1h36:36) tenía tres minutos de ventaja sobre Ndereba, que había progresado hasta el segundo puesto, y la única incógnita en la carrera residía en el tiempo que arrebataría a su propio récord mundial.
La IAAF, en su reciente reunión de Dakar, dio el visto bueno a la introducción de "liebres" en el maratón de Londres. Ocho corredores fueron incluidos en la prueba femenina de modo que ésta pudiera ser considerada mixta y, por tanto, en condiciones legales para arrojar un récord del mundo oficial. Radcliffe superó las previsiones más optimistas al situar el récord femenino a menos de diez minutos del masculino (2h05:38 de Jalid Januchi). La predicción del doctor Ernst van Aaken, según la cual las mujeres llegarán un día a superar a los hombres en la distancia de maratón, parece ahora menos ilusoria.
En sólo cinco años, el récord mundial femenino de la carrera de 42.195 metros ha progresado cinco minutos. Desde que la keniana Tegla Loroupe venció en Rotterdam con 2h20:47 hace cinco años, el récord femenino ha caído seis veces, cuatro de ellas en los últimos 30 meses. Radcliffe se planteará, el año próximo, un nuevo reto: ganar en Atenas los títulos olímpicos de 10.000 metros y maratón. Su marca de Londres, además de los 185.000 dólares de premio, le ha reportado una elevada dosis de moral para afrontar el compromiso.
Abera, triunfador en categoría masculina
La carrera masculina tuvo un vencedor ilustre, el etíope Gezahene Abera, campeón olímpico y mundial, que batió en el esprint al italiano Stefano Baldini y cruzó la línea en 2h07:56, lejos del récord mundial de Januchi. El keniano Eliud Lagat, que hacía labores de liebre, pasó el medio maratón en 1h03:18, un parcial idóneo para alcanzar un registro vencedor cercano a las dos horas y seis minutos.
La carrera discurrió sin ataques, de ahí que cinco corredores llegaran a los últimos metros en condiciones de disputar la victoria. El keniano Paul Tergat, en posesión de la segunda mejor marca mundial, y el marroquí Abdelkáder El Muaziz, dos veces vencedor en Londres, cedieron en el último medio kilómetro. Abera volvió a exhibir su poderoso final para obtener el triunfo, como siempre por estrecho margen. El etíope permanece invicto desde hace dos años, cuando una deshidratación le relegó al puesto 16 en Boston.
Radcliffe, de 29 años, hizo carrera aparte desde el principio. Con un parcial de 5:10 en la primera milla (1.609 metros) dejó atrás a todas sus rivales y estableció, con la ayuda de dos liebres kenianas, el ritmo que la conduciría al increíble registro de 2h15:25. A mitad de recorrido la británica, siempre precedida de las liebres, había consumido 1h08:02. La rumana Dita Constantinba iba segunda a 1:19 de la británica y el grupo estaba ya a más de tres minutos. En el kilómetro 30 Radcliffe (1h36:36) tenía tres minutos de ventaja sobre Ndereba, que había progresado hasta el segundo puesto, y la única incógnita en la carrera residía en el tiempo que arrebataría a su propio récord mundial.
La IAAF, en su reciente reunión de Dakar, dio el visto bueno a la introducción de "liebres" en el maratón de Londres. Ocho corredores fueron incluidos en la prueba femenina de modo que ésta pudiera ser considerada mixta y, por tanto, en condiciones legales para arrojar un récord del mundo oficial. Radcliffe superó las previsiones más optimistas al situar el récord femenino a menos de diez minutos del masculino (2h05:38 de Jalid Januchi). La predicción del doctor Ernst van Aaken, según la cual las mujeres llegarán un día a superar a los hombres en la distancia de maratón, parece ahora menos ilusoria.
En sólo cinco años, el récord mundial femenino de la carrera de 42.195 metros ha progresado cinco minutos. Desde que la keniana Tegla Loroupe venció en Rotterdam con 2h20:47 hace cinco años, el récord femenino ha caído seis veces, cuatro de ellas en los últimos 30 meses. Radcliffe se planteará, el año próximo, un nuevo reto: ganar en Atenas los títulos olímpicos de 10.000 metros y maratón. Su marca de Londres, además de los 185.000 dólares de premio, le ha reportado una elevada dosis de moral para afrontar el compromiso.
Abera, triunfador en categoría masculina
La carrera masculina tuvo un vencedor ilustre, el etíope Gezahene Abera, campeón olímpico y mundial, que batió en el esprint al italiano Stefano Baldini y cruzó la línea en 2h07:56, lejos del récord mundial de Januchi. El keniano Eliud Lagat, que hacía labores de liebre, pasó el medio maratón en 1h03:18, un parcial idóneo para alcanzar un registro vencedor cercano a las dos horas y seis minutos.
La carrera discurrió sin ataques, de ahí que cinco corredores llegaran a los últimos metros en condiciones de disputar la victoria. El keniano Paul Tergat, en posesión de la segunda mejor marca mundial, y el marroquí Abdelkáder El Muaziz, dos veces vencedor en Londres, cedieron en el último medio kilómetro. Abera volvió a exhibir su poderoso final para obtener el triunfo, como siempre por estrecho margen. El etíope permanece invicto desde hace dos años, cuando una deshidratación le relegó al puesto 16 en Boston.