L D (EFE) Si el martes los responsables de la candidatura de París para organizar los Juegos Olímpicos de 2012 jugaron la carta de la conciliación con el paro, esta vez se han multiplicado las voces que han pedido que se aplace la huelga para no perjudicar a París. El ex judoca David Douillet, embajador de la candidatura parisiense, aseguraba que sería bueno que "la huelga se retrasase una semana" y calificaba de "estúpido" mantener la coincidencia de fechas. Sin negar a los trabajadores su derecho a manifestarse, el deportista, amigo personal del presidente, Jacques Chirac, aseguraba que la huelga "no debe perjudicar a la candidatura olímpica".
No ha sido el único en lamentarse de lo que el ministro de Deportes, Jean-Francois Lamour, califica como "coincidencia lamentable". Jean-Claude Killy, ex campeón olímpico de esquí y miembro francés del COI, afirma que una huelga en plena visita del COI es "un muy mal golpe" para la candidatura parisiense, en una competición que "se jugará por centésimas de segundo". "Uno de los puntos débiles de nuestro informe es justamente la capacidad de Francia para ponerse en huelga fácilmente", afirma Killy, que no duda en que las otras candidatas -Madrid, Nueva York, Londres y Moscú- "pondrán de relieve ese problema que figurará en el informe final".
Más lejos han ido algunos responsables políticos conservadores. El diputado de la gubernamental UMP Bernard Debré acusa de "irresponsables" a los sindicatos, que con sus huelgas muestran "su desprecio al país". Y la patronal de la región parisiense no duda en pedir "una moratoria para suprimir toda acción reivindicativa hasta el 6 de julio", fecha en la que el COI elegirá en Singapur la sede de los Juegos de 2012.
La prensa francesa no ha ocultado que la huelga genera un problema a la candidatura y reparte críticas entre sindicatos y políticos, que no han sabido ponerse de acuerdo para evitar la coincidencia de fechas. El diario deportivo L'Equipe alude a una huelga que "viene mal" y en su editorial se pregunta porqué toda la "unanimidad" de la que presumen la candidatura no ha servido para impedir la yuxtaposición de fechas.
Le Figaro va más lejos y acusa a los sindicatos de "amenazar" a París 2012 y en su editorial, titulado "irresponsables y torpes", el rotativo conservador ironiza al afirmar que, "mientras Madrid, Londres y Nueva York han recibido al COI como a príncipes (...) Francia ha encontrado una fórmula mejor: acogerlos con una masa compuesta de decenas de miles de huelguistas de carne y hueso". Más moderado se muestra Libération, que afirma que el asunto obligó a los responsables de la candidatura a buscar "una respuesta tranquilizadora para el COI y no agresiva con los sindicatos", que se tradujo en la frase del alcalde, Bertrand Delanoe: "La democracia no va a detenerse durante siete años".
Esa misma opinión tienen los sindicatos, que no están dispuestos a renunciar a una jornada en la que prevén mostrar al Gobierno su oposición a la reforma de la semana laboral de 35 horas, de los salarios y de los servicios públicos. "Si el Gobierno no quiere gente en las calles que atienda nuestras reivindicaciones salariales", afirmaba el secretario nacional del sindicato Force Ouvrier, Jean-Claude Mailly, en contraste con sus colegas de la CFTC, que pidieron a sus socios no salir a la calle para no perjudicar a París 2012.