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Osasuna cae en su visita al Lens y el Celta se estrella contra el Eintracht de Frankfurt

Mal día para los equipos españoles en la Copa de la UEFA. El Osasuna ha vuelto de su visita al Lens con un serio correctivo (3-1) que le complica sus opciones en su grupo. Algo mejor le ha ido al Celta de Vigo, que empató a un gol con el Eintracht de Frankfurt. Los alemanes jugaron durante casi toda la segunda parte con un hombre menos, pero los hombres de Fernando Vázquez fueron incapaces de lavar la mala imagen que están dejando en sus últimos partidos y que tienen la obligación de corregir este domingo ante el Real Madrid en Liga.

Mal día para los equipos españoles en la Copa de la UEFA. El Osasuna ha vuelto de su visita al Lens con un serio correctivo (3-1) que le complica sus opciones en su grupo. Algo mejor le ha ido al Celta de Vigo, que empató a un gol con el Eintracht de Frankfurt. Los alemanes jugaron durante casi toda la segunda parte con un hombre menos, pero los hombres de Fernando Vázquez fueron incapaces de lavar la mala imagen que están dejando en sus últimos partidos y que tienen la obligación de corregir este domingo ante el Real Madrid en Liga.
L D (EFE) Acongojado, sin confianza y a merced del Lens, Osasuna rubricó un comienzo de partido tan deficiente que, nada más echar el balón a rodar, quedó en evidencia por su flanco derecho. Las galopadas iniciales de Baukari sembraron el desconcierto en el seno de un conjunto que, impedido para romper el cerco, aparecía condenado a correr detrás de un adversario potente y directo.

Con los Keita barriendo el eje de la medular y Baukari completando la línea de tres medias puntas en detrimento de un ariete clásico como Cousin, la escuadra francesa apenas tardó un cuarto de hora en concretar una superioridad que, en lo relativo a físico, a ritmo de juego, resultaba apabullante. El 1-0, obra de Dindane en un alarde de fuerza consentido por Josetxo, Corrales y, ya en última instancia, el meta Elía, dejó a remolque al Osasuna.

Ziganda, desquiciado, trató de solventar no se sabe qué retirando al amonestado Izquierdo en favor de otro lateral diestro, Javier Flaño, que tardó un minuto en ver la amarilla... y quedar también a los pies de Baukari. Osasuna, pese a todo, continuaba vivo, con minutos por delante para tratar de reconducir un envite que el Lens seguía manejando desde su parcela en base a un peligro más latente que real.

Así las cosas y sin más sobresaltos que los derivados de un testarazo blando de Dindane y un chut desviado de Baukari, Osasuna alcanzó el descanso aferrado a la esperanza, al tímido resurgir de un once que, lo que son las cosas, rozó el empate a partir de un pelotazo del que Valdo, excelente en el control, no logró hacer partícipe a Soldado; Gillet lo evitó. En la reanudación, tal y como viene siendo habitual, Osasuna mudó su apocado talante para, armado de otra forma, apretar en terreno de un Lens que pagaría muy caro su primera concesión defensiva.

David López abrió a banda izquierda, donde Delporte, inédito en el regreso a su club de origen, coló un centro sin historia al que Hilton y Gillet no supieron responder; Valdo lo hizo por ellos, elevó el 1-1 y pintó el partido de otro color. Los franceses volaban y fruto de esa constancia, de ese hambre de victoria, pasaron a merendarse a un Osasuna abocado a un repliegue suicida, con fisuras por uno y otro costado.

En éstas, después de un par de avisos de S. Keita y Dindane, la agonía rojilla se tornó definitiva a partir de un ataque desbocado que acabó con penalti de Javier Flaño sobre Cousin. El tanque gabonés no perdonó y ejecutó a Elía (2-1). De ahí al final, Osasuna careció de poder de reacción, si bien volvió a rozar el empate gracias a un disparo de Raúl que Valdo, atento al rechace, recondujo con gran intención pero sin poder sortear la alargada figura de Gillet. La respuesta del Lens sirvió para ejemplificar las diferencias entre la inoperancia de unos y la contundencia de un once, el local, que le dio la puntilla al choque con una contra soberbia (3-1) culminada por Baukari.
El Celta se estrella contra el Eintacht y cede el empate (1-1)
 
El Celta no pudo pasar del empate ante un ultradefensivo Eintracht de Frankfurt, que jugó casi toda la segunda parte con un hombre menos. El equipo de Fernando Vázquez volvió a echar de menos a Borja Oubiña, al que su entrenador prefirió reservar para el partido del domingo ante el Real Madrid. Tras la decepcionante derrota ante el Sevilla, el Celta necesitaba conseguir un triunfo convincente ante el Eintracht para poder reconciliarse ante su afición y, de paso, encarrilar la clasificación para la siguiente fase de la Copa de la UEFA.

El partido no pudo empezar mejor para el Celta. Con una fuerte presión, los celestes encerraron al Eintracht en su campo y rápidamente se adueñaron del choque. Ese mayor dominio del equipo de Fernando Vázquez se tradujo en aproximaciones al área alemana, y éstas en el primer gol del partido (m.9), tras un magistral centro de Canobbio que remató al fondo de la red Jesús Perera, que sigue rentabilizando sus pocos minutos de juego con goles.

El Celta había logrado lo más difícil, ponerse por delante en el marcador. Pero los hombres de Vázquez no supieron conservar su ventaja, y poco después vieron como su rival empataba de nuevo el encuentro. El equipo de Friedhelm Funkel cogió descolocada a la defensa celeste y montó un mortífero contraataque que culminó el alemán Aleksandar Huber. Ese gol produjo un efecto negativo en el equipo vigués, que desde entonces empezó a jugar de forma espesa, costándole mucho llegar con peligro a la portería rival. El Eintracht empezó a defender con orden, con las líneas muy juntas, aunque apenas se aproximaba al área contraria.

A la media hora de juego, el Celta volvió a gozar de una buena oportunidad tras un pase de Antonio Guayre a la espalda de la defensa germana que dejó a Canobbio sólo ante el meta Nikolov, pero el uruguayo estrelló su remate contra el cuerpo del portero macedonio. Al Celta le costaba salir jugando desde atrás. El equipo de Fernando Vázquez acusó en exceso la baja del mediocentro Borja Oubiña, ya que su sustituto, Pablo García, está lejos de su mejor estado de forma. Al uruguayo aún le falta ritmo para ser el futbolista que destacó en el Osasuna.

En el inicio del segundo tiempo el guión del encuentro no varió. El Eintracht se conformó con el empate, sobre todo después de quedarse con un hombre menos, así que cedió la iniciativa al Celta, que continuó dominando aunque sin muchas ideas. Aún así, los celestes tienen jugadores de calidad que, cuando aparecen, crean mucho peligro. Y eso se pudo comprobar en el minuto 62, cuando la conexión Canobbio-Perera volvió a entrar en juego y creó una buena ocasión de gol, pero esta vez el delantero pacense envió fuera su remate.

Fernando Vázquez, que siguió el primer tiempo desde el palco y el segundo desde el banquillo, quizás para demostrar a los colegiados españoles que en Europa si se lo permiten, realizó un doble cambio para buscar mayor potencial ofensivo, pero ese no era el problema de su equipo. Los últimos minutos se convirtieron en un querer y no poder del Celta. Los vigueses, sin un mediocentro organizador, siempre buscaron la peor opción y no supieron aprovechar su superioridad numérica para buscar el juego por las bandas, donde curiosamente más sufría el equipo de Friedhelm Funkel.

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