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Olazábal: "Daría cualquier cosa porque mis padres vean que he ganado un título"

Los padres de José María Olazábal han vuelto a seguir a su hijo hasta un Abierto Británico, por segunda ocasión en sus vidas y de forma consecutiva; el año pasado el vasco no pasó el corte y tiene en esta edición una espina clavada: "daría cualquier cosa por darles un título".

L D (EFE) "Sería capaz de entregar dos años de mi carrera como golfista, acabar antes de tiempo y poder disfrutar con ellos, en directo y en vivo, la consecución de un título", precisó el golfista vasco, de 37 años. El padre de Olazábal no sigue a su hijo por miedo a volar en avión, una carrera, la de su hijo, que se inició en los primeros años de la década de los 80. La motivación de Olazábal está por las nubes, pero el jugador no oculta algunos obstáculos importantes: el campo y el estado de su juego.

El jugador guipuzcoano regresa al Royal St.George de Sandwich por tercera vez. Jugó los Abiertos Británicos de 1985 y 1993. En el primero acabó en el vigésimo quinto puesto y en el segundo no pasó el corte, pero vio cómo el australiano Greg Norman se imponía tras una última vuelta ejemplar con 64 golpes. El Tiburón Blanco fue el último en ganar en este campo. Este jueves jugará junto a Olazábal y el estadounidense Justin Leonard a partir de las 8,42 horas (una hora más en España).

"El campo es complicado. En mis dos anteriores comparecencias en él tuvimos un tiempo totalmente distinto. Entonces llovió y sopló un fuerte viento. Este año las condiciones han cambiado", comentaba Olazábal a medio día de este miércoles, con los mercurios superando los 30 grados centígrados, sol y elevada humedad, que propiciaron una tormenta vespertina. "El recorrido precisa estrategia. Hay que conocer bien el campo, un buen tiro puede convertirse en todo lo contrario según el bote que dé, que a veces es ciego. Aunque ha pasado mucho tiempo me acuerdo perfectamente de este links . Lo recuerdo por sus condiciones especiales de dificultad. Todo está igual, menos la meteorología", dice.

En cuanto al estado actual de su juego, Olazábal reconoce que no viene "de una situación como para pensar en ganar". "No obstante, he trabajado mucho, en Francia acabé en el puesto duodécimo y he comenzado a ver algo de luz. De todas formas, en dos días no creo que se dé un cambio drástico", añade. Preguntado por la renuncia de Severiano Ballesteros a disputar el Abierto Británico, por segundo año consecutivo, Olazábal señalaba: "Me ha sorprendido, porque es el Open, y a la vez me ha entristecido. Es triste y me duele. Creo que han sido otros factores distintos a los del juego los que le han impedido estar aquí".

Garrido: "En estos tres días he aprendido al máximo"

El madrileño Ignacio Garrido, de vuelta al Open por tercera vez -antes jugó en 1997 y 98- gracias a su importante victoria este año en el Volvo PGA de Wentworth, se ha visto enfrascado los tres días previos en un reconocimiento exhaustivo del campo del Royal St.George. Garrido ha estado acompañado por su padre, Antonio, a pie de campo durante los 54 hoyos desde el lunes, quien, por cierto, ni recuerda las veces que ha jugado este recorrido cuando pitaba con fuerza como jugador en Europa.

Antonio Garrido ha desbrozado para su hijo los secretos de este link maldito e inhóspito. "A veces te encuentras solo, sin referencias. No hay árboles, ni nada que te dé una idea de por donde tirar. Sólo sabes que hay un rough alto, que cualquier error de estrategia se pueden pagar muy caros y un viento que como sople dificultará enormemente el juego", aclara el jugador madrileño. "Creo que en estos tres días de practicas he aprendido al máximo", indicaba Ignacio Garrido, quien cuenta con la ayuda de su caddie , el zimbabuense Kevin Woodward, que en 1985 ayudó en este campo y que arribó el domingo para comenzar los trabajos de reconocimiento.

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