El viernes 19 de mayo del año 2000 Kevin Garnett celebraba su 24º cumpleaños. Lo hacía en la cafetería Montecarlo junto con sus más allegados. Entre ellos, su compañero de equipo en los Timberwolves Malik Sealy; el hombre que, como confirmaría el propio KG, se había convertido en mucho más que su amigo. Era su mentor, su confidente; el hombre que le había hecho disfrutar de ser una estrella de la NBA.
Sealy había nacido en el Bronx, Nueva York, el 1 de febrero de 1970. De nombre Malik en honor a Malcolm X - El-Hajj Malik El-Shabazz, de quien su padre fue guardaespaldas, fue en la Universidad de St. John’s de Nueva York donde comenzó a granjearse la fama de buen baloncestista.
Terminó promediando 18.9 puntos, 6.9 rebotes y 1.8 asistencias, y con un total de 2401 puntos, lo que le convirtieron en el segundo máximo anotador de la historia de la Universidad.
"Malik era muy entrenable. Le explicabas cualquier cosa, y lo entendía a la primera. Fuera de la pista era lo mismo: hablabas de cualquier cosa, y lo entendía" diría de él su entonces entrenador Lou Carnesecca.
En 1992 sería escogido por los Indiana Pacers en la 14ª posición de la primera ronda del mismo Draft del que saldrían Shaquille O'Neal y Alonzo Mourning en los puestos 1 y 2 respectivamente.
Pero su desembarco en la mejor liga del mundo no fue sencilla. Malik era un jugador de clase media, un escolta y alero de 2,03 bueno defendiendo y mejor atacando, que podía "resultar útil en cualquier proyecto serio", tal y como afirma Gonzalo Vázquez en su artículo ‘El cumpleaños maldito’.
Pero era sobre todo en su faceta humana donde más destacaba el neoyorquino. Uno de esos jugadores que hacen equipo, que hacen vestuario. Siempre con una sonrisa en la cara; siempre animando y espoleando a sus compañeros; siempre mirando con optimismo al futuro.
Unas cualidades que encajarían como anillo al dedo en Minnesota, donde Malik Sealy llegaría en 1998 a unos Timberwolves plagados de jóvenes talentos, con Kevin Garnett, nº 5 en el Draft de tres años antes, al frente.
Antes, Sealy había pasado por Clippers –donde logaría sus mejores números en anotación en las tres temporadas que jugó en Los Ángeles, del 94 al 97- y Pistons, en la temporada 97-98.
Un equipo con aspiraciones
Los Timberwolves otorgaron desde el inicio un papel importante a Malik Sealy. Junto a Kevin Garnett, Terrell Brandon, Wally Szczerbiak y Rasho Nesterovic en el quinteto habitualmente inicial, lograron en su segunda campaña una marca histórica de 50 victorias. Hasta la fecha, la franquicia sólo ha logrado más victorias en dos temporadas.
Aun así, los Blazers no dieron ninguna opción en la primera ronda de playoff; pero no hay duda de que en aquel equipo había futuro. Un futuro en el que formaba parte importante Malik Sealy, que en aquella temporada 99-00 había dado un paso al frente también en la faceta anotadora, promediando 11.3 puntos y logrando varias canastas ganadoras.
‘No son números de superestrella, pero sí que se había ganado una gran reputación como compañero de equipo’, como afirma en su emotivo artículo Doug Smith en el Toronto Star.
Un dramático final
Probablemente de aquella histórica temporada que acababa de concluir, y de los grandes objetivos de cara a la que arrancaría en octubre, hablarían largo y tendido durante la cena de cumpleaños Keving Garnett y Malik Sealy.
Pero ya no iba a haber futuro. Malik ni siquiera llegaría a casa. En su camino de regreso, nada más terminar de cenar y totalmente sobrio –como confirmarían las pruebas- se chocaría con un camión que conducía en sentido contrario. No tardaría en fallecer. Tenía 30 años.
Souksangouane Phengsene, como se llamaba el conductor, duplicaba la tasa de alcohol permitida. Y no era la primera vez que le sucedía. Con la diferencia de que tres años antes no había dejado ningún muerto. Ahora sería condenado a cuatro años de prisión, de los que cumplió tres. Sólo tres años más tarde del accidente que terminó con la vida de Sealy, en 2006, volvería a conducir bajo los efectos del alcohol. Pasaría un año en prisión. Y en 2008, otra vez la misma historia. Ahora sería condenado a ocho años sin reducción de pena por su increíble reincidencia.
Como si nunca le hubiera afectado la muerte de Malik Sealy. Como si nunca hubiera terminado con la vida de una persona.
Una muerte que sí conmocionó al resto del país, que sólo cinco meses antes, el 12 de enero, había visto cómo otro jugador de la NBA, Bobby Phills de los Charlotte Hornets, fallecía en otro accidente de tráfico. 'Como si la NBA encerrase su propio y maldito efecto 2000', señala Gonzalo Vázquez.
Garnett le rinde tributo
Pero si a alguien afectó especialmente la tragedia, ése fue sin duda Kevin Garnett. Por todo lo que significó para él, personalmente y deportivamente, Malik Sealy; y porque desde entonces, su cumpleaños irá siempre ligado al triste recuerdo de la pérdida de su gran amigo.
Un Garnett que ganaría un anillo en 2008 con los Celtics; y que a su llegada a los Brooklyn Nets llevaría el dorsal número 2, el que siempre había llevado Sealy. En Boston no pudo hacerlo al estar retirado en honor a Red Auerbach.
"A todo el mundo le pasa algo en la vida que lo convierte en la persona que es. Ese es el significado que tuvo Malik para mí", pronunciaría Kevin Garnett sobre Malik Sealy. Su gran amigo. Su gran mentor. El hombre, el jugador, al que la vida se le acabó demasiado pronto de manera trágica.