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NBA

Luka Doncic salva la vida de un joven estadounidense

Colin Cable reconoció que el ver al jugador esloveno le salvó de las drogas.

Colin Cable reconoció que el ver al jugador esloveno le salvó de las drogas.
Luka Doncic | Cordon Press

Existen situaciones que parecen superar la ficción y el caso de la vida de Colin Cable. Pero en este caso su vida está unida al deporte, y especialmente a la vida de Luka Doncic.

Colin Cable, de 33 años y nacido en Texas, donde vive tras un intento frustrado como músico en Nueva York, estampó su historia en un artículo de la página fansided. En él cuenta que gastó más de mil dólares al mes en drogas. Una caída a los infiernos agravada tras la muerte de su hermano mayor. Pero en un momento en el que parecía tocar fondo llegaba Luka Doncic a los Dallas Mavericks. Una irrupción que hizo a Colin renacer.

Ferviente seguidor de los Mavericks desde que tenía 12 años cuando otro europeo fue reclutado: Dirk Nowitzki. Un equipo y un deporte que le unía a su hermano. "Gracias a Dirk, mi hermano y y siempre tuvimos algo de qué hablar", comenta en el escrito. En 2012 el muchacho intentó dar el salto como músico a la Gran Manzana. Pero tras desintegrarse la banda, cortar con su novia tras las adicciones de drogas del propio Colin y la muerte de su hermano a consecuencia de una mezcla de éstas.

Este suceso reconoce que le liberó y comenzó un proceso de desintoxicación muy duro en el que engordó 23 kilos. "Era poco menos que un gordo viviente", relata para reconocer que todo cambio con la llegada de Doncic.

"La efervescencia de Luka iluminaba los oscuros rincones de mi alma. Mientras yo me ahogaba en mi pena, él se deslizó por el camino con una brillante y traviesa sonrisa. La alegría con la que jugaba era tan contagiosa como medicinal", se sincera para continuar diciendo que ver a Doncic era lo único que le tenía atado a este mundo.

Relata su único contacto personal con el jugador durante una firma de autógrafos a la que acudió con una camiseta antigua del equipo de Dallas. Una sonrisa que le regaló el baloncestista esloveno que hizo todavía mayor el aprecio de Colin por el propio Luka Doncic.

En el mismo artículo reconoce que lleva un año sin tomar drogas y buscando rehacer su vida. No se pierde un partido de los Mavericks aunque ya no dependa tanto de Doncic para sentirse bien pero reconoce que sigue vivo es gracias "a la ayuda de un adolescente esloveno que probablemente siga siendo un extraño para siempre".

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