Estaba viendo The Last Dance del que todo el mundo habla y es cierto que Michael Jordan es el mejor jugador de todos los tiempos, ahí no hay ninguna duda, pero no fue quien salvó la NBA. Este mérito lo tienen dos extraordinarios jugadores, justo un paso por debajo de Michael y que durante más de diez años, tuvieron el honor de levantar una competición que ahora es de las más populares en todo el mundo, pero que por aquel entonces estaba en horas bajas. La NBA vio la oportunidad de explotar una rivalidad, que por calidad, dimensión y repercusión, no se ha vuelto a ver. Magic & Bird es el título de un documental, de HBO, a la altura de Magic Johnson y Larry Bird, los jugadores franquicia de Lakers y Boston durante los años 80. Resulta imposible entender la NBA sin conocer esta década, la más trascendente en la historia de la liga.
El documental analiza, desde todas las perspectivas posibles, con imágenes inéditas y declaraciones de los dos jugadores, compañeros, entrenadores, periodistas y familiares, una rivalidad deportiva y también personal porque Larry Bird nunca quiso ser amigo de Magic. En la actualidad sí lo son porque hubo dos acontecimientos que provocaron un vuelco en su relación: un anuncio que grabaron juntos para Converse que se rodó en la casa de los padres de Larry y el contagio de Johnson con el sida. Hasta entonces, eran archienemigos y de hecho, la NBA les enfrentó para así generar más publicidad. Era el escaparate que necesitaba la liga para volver a conseguir unas audiencias que estaban en mínimos. Fueron utilizados en la lucha racial clásica de estos años. ¿Los Lakers? El equipo de los negros. ¿Los Boston? El equipo de los blancos. Y ambos pasaban de este asunto por completo.
Su rivalidad comenzó en la final universitaria del 79 que, si no ha cambiado nada en los últimos 10 años, es el partido más visto en la historia de la competición. Ganó Johnson porque, entre otras cosas, tenía mejor equipo y esa derrota persiguió a Larry, alimentando sus ganas de vencerle y la imposibilidad de que fueran amigos fuera de la cancha. Van a viajar más en el tiempo porque verán cómo y en qué circunstancias crecieron. Tenían un estilo de baloncesto muy parecido pero en cuanto a personalidad, eran polos opuestos. Larry odiaba las multitudes y Johnson necesitaba sentirse querido. Era amigo de los negros y de los blancos. Así absorbió, cual esponja, todo el glamour de Hollywood. Era la estrella de la ciudad.
La final del 84 y del 85 entre Boston y Lakers, con una victoria para cada equipo, la lesión de Larry en la espalda, construyendo la casa de su madre (era un tipo muy peculiar) lo que le mermó durante los últimos años, la prematura retirada de Magic… el documental, a diferencia de otros edulcorados, no deja al margen ningún asunto por muy espinoso que sea. Es una alegría, para una persona que desconocía la historia de ambos, saber que tuvieron un final feliz y encima fue con nuestro país, España, como lugar de ese punto y final tan soñado. Barcelona 92 y el Dream Team les unió junto a otro elenco de estrellas. Magic volvió tras retirarse por el sida y Larry casi ni podía entrenar por los dolores en la espalda pero ambos volvieron a coincidir en un mismo equipo, como ya pasó en un partido cuando eran jóvenes, y se llevaron la medalla de oro. El documental lo pueden ver en Youtube.