Amar'e Stoudamire está dando mucho que hablar en las últimas horas. Su repentino abandono de la NBA fue noticia hace cuatro años debido a sus problemas con sus maltrechas rodillas. Su destino final fue Jerusalén, para jugar en el Hapoel Jerusalem donde durante tres temporadas y a sus 36 años de edad, ha demostrado que aún tiene mucho baloncesto por ofrecer. Una repentina salida de la liga norteamericana que truncó no sólo su carrera en la NBA, sino también las opciones de poder firmar con alguna otra de las franquicias y que le hizo prometerse a sí mismo una cosa: no regresar.
O al menos eso parecía hasta que se ha conocido la noticia de su posible retorno. El pasado 8 de julio, tal y como informaba Jordan Schultz de la ESPN, él y Monta Ellis –también alejado de la mejor liga del mundo tras jugar en Indiana Pacers– organizaron un campus de entrenamiento donde estarían presentes cinco franquicias. En principio. Decimos en principio porque finalmente han sido quince las que se han acercado para ver si, realmente, tienen opciones reales de retornar.
"Muchos equipos tienen muchos jugadores jóvenes que podrían aprender cómo entrenar o cómo convertirse en profesionales del baloncesto. Ese liderazgo puede convertir a los equipos que optan a los playoffs a ser un serio candidato a ganar el título [...] Podría ayudar a un equipo de la manera que necesitasen", explicaba Stoudamire.
La opción de reengancharse al gran espectáculo que es la liga norteamericana es más real que nunca. "Veremos si la oportunidad se convierte en realidad", explicó tras el entrenamiento privado a MSG Network.
Su última aventura en la NBA
Sus inicios en los Phoenix Suns formando un trío temible con Steve Nash y Shawn Marion siempre serán recordados por la afición, pero no tanto su última etapa en la Liga. Los New York Knicks y el Madison Garden guardan en su memoria con especial cariño los últimos encuentros de Stoudamire en la NBA. Después de cinco años vistiendo la camiseta de los knickerbokers y tras un breve paso por los Miami Heat y Dallas Mavericks –vistió la camiseta de ambos equipos en la misma temporada– en junio de ese mismo año decidió decir adiós y marcharse a Jerusalén para probar suerte. Ahora, cuatro años después, su retorno está más cerca que nunca.