Toronto Raptors tiene a tiro de piedra hacer historia en la NBA. El primer anillo para la franquicia canadiense, supondría el primero que viaja fuera de territorio estadounidense y el primero también para una franquicia de 25 años de edad. Asaltaron el Oracle Arena -que puede haber acogido el último partido de los Golden State Warriors puesto que se mudan- con un espectacular Kawhi Leonard, cuyos números comienzan a postularle como potencial MVP de las finales (36 puntos y 12 rebotes) tras un doble-doble que puede haber supuesto el punto de inflexión.
El papel de los actores secundarios en los Raptors está siendo fundamental. Tanto que han puesto el 3-1 y, pese a no contar con la etiqueta de favoritos cuando se supo su acceso a la Final, se quedan a un único partido de poder coronarse como el mejor equipo de la NBA. Fueron detrás en el marcador la mayoría de minutos del encuentro, pero son un equipo tan bien engrasado que a raíz de un tercer cuarto soberbio donde secaron a Curry, Cousins, Thompson y compañía, terminaron poniendo la puntilla a los Dubs y llevándose el cuarto encuentro de la serie.
Serge Ibaka se erigió como figura clave en el encuentro. Sus 20 puntos fueron fundamentales, pero también el denominado 'trabajo sucio'. En defensa se empleó a fondo y reivindicó su sitio en los Raptors. Tampoco se quedó atrás Marc Gasol (9 puntos y 7 rebotes) quien le ganó la partida a DeMarcus Cousins y no permitió apenas puntos en la pintura. Los dos españoles, junto a Sergio Scariolo, podrían acompañar a Pau Gasol en la lista de españoles que cuentan con un anillo de campeón.
Los Warriors viven, por primera vez, un 3-1 en contra
"Ya estuve una vez en el lado equivocado. ¿Por qué no hacer lo propio esta vez?", fueron las palabras de Draymond Green al término del partido en el Oracle. Están contra las cuerdas y desde Steve Kerr, hasta el último integrante de la plantilla son plenamente conscientes de sus escasas posibilidades de poder darle la vuelta a la situación. Pero nada es imposible (aunque sí lo más probable). La baja más sensible ha sido la de Kevin Durant, quien, muy probablemente, no podrá estar presente en el quinto encuentro. Su entrenamiento específico para recuperarse no ha ido como se esperaba y continúa con serios problemas físicos.
Con el agua al cuello, los Warriors tratarán de no caer definitivamente en Toronto. Klay Thompson regresó al parqué, pero ni él, ni Stephen Curry fueron capaces de ser el rayo de esperanza para los suyos. De hecho, los 28 de Thompson y los 27 de Curry fueron la única nota positiva de la noche, porque el resto del equipo firmó porcentajes de tiro muy corrientes. Un descontento transmitido a la grada que, durante el tramo final de partido, transformó los gritos en un silencio sepulcral. Muchos aficionados decidieron abandonar antes el pabellón -por aquello de evitar atascos- siendo conscientes de que probablemente se pone fin a un equipo de leyenda y a un Oracle Arena místico a lo largo de estos años.
La eclosión de Leonard como héroe para Toronto, la férrea defensa planteada por Nick Nurse y las bajas para los Warrios, pueden haber firmado la sentencia en estas Finales para los de San Francisco. En la madrugada del martes se juega el primer match point y veremos si consiguen evitar que se lo lleven los Raptors en cinco.