La historia de Luka Doncic y su llegada al escaparate mundial comenzó hace exactamente cuatro años. Jugaba el Real Madrid de los Sergios (Llull y Rodríguez), Rudy, Nocioni, Ayón, Felipe y compañía. Jornada 29 de Liga Endesa, encuentro aplazado ante el Unicaja de Málaga y Pablo Laso decidía darle minutos en cancha a un joven esloveno que despuntaba en la cantera madridista. Ya por entonces eran varias las voces tanto del club, como de ojeadores externos que veían en Doncic un enorme potencial. Aquel 30 de abril de 2015 se confirmó.
Aún con cara de adolescente, esa expresión que aún conserva de no haber roto un plato en su vida y con un físico propio de un chaval de 16 años, saltaba al parqué del Palacio de los Deportes. Con 1:17 por jugarse y con el partido prácticamente decidido (89-71), Luka hizo oro el primer balón que tocó. Triplazo sin dejar botar la pelota, con el defensa delante y con el público entrando en un estado de delirio al ver que, definitivamente, ese chico rubio y menudo tenía algo especial. La ovación posterior fue atronadora.
Debutó y, al primer balón que tocó: ¡triple!
— Liga Endesa (@ACBCOM) April 30, 2019
4 años del debut de @luka7doncic. pic.twitter.com/WDRDWKLhH2
El resto es historia. Luka ha sido el líder indiscutible con 17 años de toda una institución como es el Real Madrid de baloncesto. No es casualidad que haya coincidido con una de las etapas doradas –si no la que más– del equipo blanco y que haya ganado absolutamente todo lo ganable en Europa. Una Euroliga, tres Ligas, tres Copas del Rey, una Copa Intercontinental y un sinfín de premios individuales, entre los que destacan su doble MVP de la Euroliga (liga regular y final) y el MVP de Liga Endesa. A nivel de selecciones tampoco se queda corto. Con Eslovenia se alzó como campeón del Eurobasket en una hazaña que ya es historia del baloncesto continental. Además, fue incluido en el quinteto ideal de aquel torneo. Palmarés envidiable.
Sin contar como título oficial, también tiene ganado el cariño de la afición madridista. Se le pudo ver en los partidos de semifinales ante Panathinaikos en el Wizink Center y recibió una calurosa bienvenida tanto de los que fueron sus compañeros como de la que fue –y continúa siendo– su afición.
Ahora, lejos de Europa, Doncic continúa acrecentando su currículum. Ya es una de las imágenes más potentes de la NBA, se ha colado entre las camisetas más vendidas de la Liga, es el pilar base de la reconstrucción de Dallas Mavericks y será, muy probablemente, nombrado como rookie del año. A Luka no se le atisba techo porque tiene todo para convertirse en leyenda del deporte.