"No les disparó, simplemente disparó al aire desde la ventana, pero nunca en su dirección. La policía movilizó 30 vehículos y tres helicópteros contra un chico asustado". Así de demoledoras son las palabras de la madre de Honeycutt, quien falleció el pasado sábado durante un tiroteo con la policía.
Tras una llamada de alerta de su madre a las autoridades, donde advertía que su hijo estaba en una actitud agresiva y parecía descontrolado, aparecieron los SWATS en el domicilio de la familia y se encontraron con el cadáver del jugador.
"Él quería volver a la NBA, y tenía un acuerdo para jugar la liga de verano con Oklahoma, pero un problema en la rodilla lo impidió. Fue una decepción para él y le dije que si comenzaba a actuar agresivamente tendría que involucrar a la policía. Entonces les llamé, vinieron y mataron a mi hijo. Él estaba deprimido, pero me aseguró que nunca se lastimaría a sí mismo porque sabía que entonces me haría daño a mí. Me lo prometió", recoge las declaraciones el medio Sport5.
Actualmente se está disputando la liga de verano de la NBA y han sido varios los jugadores que han querido mostrar sus condolencias (en especial los de Euroliga) por el fallecimiento de su compañero. Cuenta la madre que, si no hubiese tenido problemas físicos, Oklahoma le habría incorporado al roster. Un sueño truncado que terminó de la peor forma posible.
Ahora se comienzan a estudiar las diferentes hipótesis para determinar el orden en el que se sucedieron los hechos. Por un lado, las fuerzas de seguridad norteamericanas aseguran que se trató de un suicidio pero su madre desmiente por completo esas palabras. "Es una casa muy grande y, cuando todo terminó, vi sangre a lo largo del pasillo, en las paredes, en el armario de su habitación... Él no se pegó un tiro. Si te disparas a ti mismo, mueres en el acto, no vas de habitación en habitación. Creo que uno de los policías le disparó a través de una de las ventanas", declaró.