En Houston estaban viviendo una época de bonanza. Tras la llegada de Chris Paul al equipo texano se juntaron dos de las máximas estrellas de la NBA. Una dupla letal junto a James Harden, y todo apuntaba a un panorama excelente para la próxima temporada. El bombazo ha llegado en la madrugada del martes: Leslie Alexander, propietario de los Rockets durante los anteriores 24 años, pone en venta el equipo, a la espera de obtener a cambio unos 1.427 millones de dólares.
Su compra la efectuó Alexander en 1993 tras abonar cerca de 73 millones de euros. Además, la franquicia se ha convertido en una de las que más ingresos genera. La revista Forbes, les situó en el octavo lugar entre los equipos NBA.
El mandatario se despidió a través de un comunicado donde lamenta tener que abandonar la entidad, pero considera que es la mejor decisión para todos. "He tenido la increíble oportunidad de ser testigo de la grandeza verdadera a través de los jugadores y entrenadores que han ganado campeonatos para la ciudad", ha manifestado.
Casualidad o no, la mejor etapa de los Rockets con Leslie Alexander llegó tras la retirada de Michael Jordan. Hakeem Olajuwon era el hombre más dominante en aquella etapa y terminaron por alzarse con el título de campeones en 1995, tras barrer a Orlando. Otro dato a tener en cuenta, es el porcentaje de victorias bajo el mandato del ahora exdirigente, un 56,9%, uno de los mejores en la liga norteamericana.
La noticia ha sorprendido a propios y extraños, dado que Alexander nunca hizo público su deseo de dejar el equipo. Ted Brown asumirá los mandos hasta que se alcance un acuerdo con el próximo dueño, planificando el calendario y los siguientes meses de preparación antes de que comience la temporada.