Hoy en día, ver a un europeo jugando en la NBA nos resulta de lo más común. De hecho, es extraño encontrar alguna plantilla que no cuente con jugadores nacidos en nuestro continente. Y no se trata tan solo de jugadores de rotación: varios conjuntos cuentan con estrellas europeas entre sus jugadores más importantes, si no el que más.
Pero hace no tanto, apenas un par de décadas, aquello era prácticamente una quimera. La NBA parecía ser otro planeta, un mundo ajeno al baloncesto que vivíamos aquí que, aunque era bueno, estaba a años luz de aquel nivel extraterrestre.
Como todo en la vida, tuvo que haber un pionero, o unos pioneros, que abrieran aquel camino por difícil que fuera. Y pese a que podría decirse, grosso modo, que sus experiencias no fueron las mejores, tampoco queda ninguna duda de que su ejemplo y su hazaña sirvieron para allanar el camino en años posteriores.
Ha quedado la creencia general, sobre todo en nuestro país, de que fue Fernando Martín el primer europeo en desembarcar en la NBA. Pero eso no es del todo cierto. Sí fue el primero en ser elegido en un Draft. Concretamente, en la posición número 10 de la segunda ronda de 1985 por los New Jersey Nets.
Él madrileño fue, por tanto, el primer europeo drafteado en la NBA, en un año en el que también fueron elegidos el entonces soviético Arvydas Sabonis –por Atlante Hawks en cuarta ronda-, aunque la NBA anuló la elección por no cumplir aún los 21 años y sería elegido al año siguiente por los Portland Trail Blazers; el alemán Gunther Benkhe –por Cleveland Cavaliers en quinta ronda- y el búlgaro Georgi Glouchkov –por los Phoenix Suns en séptima ronda-.
Sin embargo, Fernando Martín tardaría un año en debutar en la mejor liga de baloncesto. El motivo, muy claro: jugar en la NBA entonces significaba que el jugador debía renunciar a la selección de su país, puesto que no se permitían jugadores profesionales -hasta 1990 los jugadores NBA no pudieron participar en competiciones internacionales-.
En aquella tesitura, Martín decidió posponer su sueño, puesto que en el verano del 86 el Mundial de Baloncesto se iba a disputar en España, y el madrileño quería ser partícipe. El búlgaro Glouchkov, por su parte, no se lo pensó, y terminó firmando aquel mismo verano por los Suns. El 6 de noviembre de 1985 se convertía en el primer europeo que jugaba en la NBA, en un choque que midió a sus Suns ante Atlanta Hawks. Jugó 11 minutos para anotar 7 puntos y capturar 4 rebotes.
Glouchkov era un pívot que, a sus 25 años, se había convertido en uno de los más dominadores del baloncesto europeo, promediando 23 puntos y 19 rebotes en la liga búlgara. Sus comienzos en la NBA fueron esperanzadores, destacando como un excelente reboteador –ya capturó 11-, pero su rendimiento fue decayendo a la vez que aumentaba su tono muscular. Los Suns argumentaban que era por su afición a la comida rápida americana, pero tomó fuerza el rumor de que había estado consumiendo esteroides.
Sea como fuere, al finalizar aquella temporada Glouchkov regresó a Europa, al Caserta italiano, donde mostraría su mejor baloncesto, formando parte de la mítica final de la Recopa de Europa del 89 perdida ante el Real Madrid. Se retiraría en 2003 en su Bulgaria natal, tras un breve paso por la ACB –en el TAU en 1993-, y con el imborrable honor de ser el primer europeo que alcanzaba el sueño de jugar con las estrellas de la NBA.
Por lo que respecta a nuestro Fernando Martín, ya lo saben. Terminado el Mundial de 1986, se enroló en las filas de Portland Trail Blazers, siendo de ese modo el primer español y segundo europeo en jugar en la mejor liga del mundo. Sabonis y Benkhe, los otros dos europeos drafteados en aquel 1985, tardarían en desembarcar diez años en el caso del primero –a causa de problemas políticos y lesiones, de otro modo su llegada hubiera sido mucho antes sin duda-, mientras que el alemán ni siquiera llegaría a viajara a Estados Unidos.
En cualquier caso, fue ese 1985 el año que se abrió el camino entre el baloncesto europeo y la NBA. Porque al año siguiente Petrovic, Binelli, Volkov y Tikhonenko entraron –junto a, de nuevo, Sabonis- en el Draft de 1986; y en los años siguientes fueron seleccionados jugadores como Marciulionis, Cristodoulou, Morandotti, José Antonio Montero, Vlade Divac o Dino Radja en 1989.
El salto definitivo se produciría en 1989, año en el que aterrizaron en la NBA cinco europeos: Sharunas Marciulionis (Golden State Warriors), Alexander Volkov (Atlanta Hawks), Drazen Petrovic (New Jersey Nets), Zarko Paspalj (San Antonio Spurs) y Vlade Divac (Los Ángeles Lakers).
Muy buenos todos ellos, no cabe duda, pero el primer europeo en conseguir aquella quimera fue un pívot búlgaro de nombre Georgi Glouchkov.
*Hay que destacar que cuando hablamos de europeos jugando en la NBA nos referimos en todo momento a jugadores que pasan de jugar en equipos del Viejo Continente a equipos de Estados Unidos de manera directa. No tenemos en cuenta jugadores de origen europeo con formación universitaria en Estados Unidos.