Arranca una NBA repleta de alicientes y encrucijadas y con los Cavs de LeBron como grandes favoritos
La mejor liga del mundo arranca este martes con enormes alicientes. Kevin Durant, LeBron James, Marc Gasol, o Ricky Rubio, en el punto de mira.
La mejor liga de baloncesto del mundo arranca este martes una nueva edición repleta de alicientes, como no puede ser de otra forma. La vigésima y posiblemente temporada de la despedida de Kobe Bryant, el penúltimo (imposible atreverse a hablar de último) baile de los Spurs, la reválida de los Warriors del smallball a quienes no se incluye entre los grandísimos favoritos pese a ser los vigentes campeones, el ahora o nunca de Los Angeles Clippers, o la eterna reconstrucción de los Knicks, en el segundo año de Phil Jackson a los mandos de la franquicia, son algunos de los grandes puntos de interés del nuevo curso, que, sin embargo, se puede considerar como un año clave, crucial, para el devenir futuro de algunos aspectos de la liga. El año de varias encrucijadas, principalmente para varios protagonistas. Algunos de ellos directamente ligados con el baloncesto español.
El principal dilema de la liga, en el presente y el medio plazo tiene nombre y apellidos: Kevin Durant. La megaestrella de los Oklahoma City Thunder, tras perderse buena parte de la temporada pasada por una lesión en el pie, afronta la que es sin duda una de las temporadas determinantes de su prolífica carrera: en el año en que acaba contrato con su franquicia de toda su vida en la NBA, y con 27 años ya, Durant tiene que volver a sentir que puede pelear por el anillo de campeón. Mimbres no faltan en su equipo, con Russell Westbrook y Serge Ibaka como eternos escuderos, pero los Thunder no alcanzan la final de la liga desde 2012 y una temporada tan desastrosa como la pasada, bien es cierto que con las lesiones asolando al equipo, pondrían a Durant en el disparadero de Oklahoma. `Durantula´ no puede esperar más para convertirse en un jugador de leyenda. Individualmente ya lo es, sobradamente. Colectivamente, de momento, sus éxitos, dejan mucho que desear, y de esta temporada dependerá que el maravilloso alero formado en la Universidad de Texas renueve en su equipo o emprenda una nueva aventura en un mercado más potente que le asegure sí o sí pelear por el anillo. Levantar el trofeo Larry O´Brien en ciudades como Oklahoma o Memphis, donde lo intentará Marc Gasol tras su suculenta renovación, es de un valor y dificultad añadidas. Durant acepta el reto este año, pero probablemente no lo haga uno más si las cosas vuelven a torcerse en los próximos meses. De ser así, no es difícil vaticinar que el equipo, como lo hemos conocido en los últimos años, estallaría en mil pedazos. Para empezar, Scott Brooks ya no seguirá en el banquillo, en el que se sentará Billy Donovan, tras 19 exitosos años al frente de los Gators de la Universidad de Florida.
Otro de los nombres que está ante una temporada crucial en su carrera es Ricky Rubio. Eternamente joven, el de El Masnou es ya un veterano en la liga a sus 25 años, con un contrato de jugador de alto nivel y al que el estar lastrado por las lesiones no le va a dar mayor margen de error. Tras descansar este verano con España, los Wolves vuelven a apostar por él como el base titular del equipo, aunque el jugador franquicia sea el canadiense Andrew Wiggins. Un año más, el equipo de Mineapolis vuelve a aunar talento joven (Zach Lavine, Karl Anthony Towns) y de ellos se espera un paso adelante que lleva años sin llegar. En buena medida, todo dependerá de la solidez que aporte Rubio desde el puesto de base. Recuperar la magia que sus rodillas, tobillos (y la muñeca, claro), amenazan con hacer pasar a mejor vida, será fundamental para que el español mantenga o eleve su estatus en la competición, algo que ahora mismo no está ni mucho menos asegurado si el ex de Barça y Joventut no cuaja una gran temporada. Capacidad le sobra, compañeros a los que alimentar, también. El resto ya está en su cabeza, su mano, y su físico. Por si había poca presión, la durísima noticia del fallecimiento de Flip Saunders no le ayudará en el año en el que deberá volver a demostrar que el `Rickycesto´ todavía es una fe en la que se puede creer.
Y LeBron, siempre LeBron. Tras volver a casa, llevar a los Cavs a la final, y competir en ella hasta el final pese a bajas cruciales (Irving, Love), el mejor jugador sobre la faz de la tierra vuelve a iniciar de nuevo el curso con la máxima exigencia: el anillo. Cualquier otra cosa no le vale al de Akron, que renovó hasta final de la 2016/17 en Cleveland esperando a que ese verano, con el nuevo convenio salarial, su contrato se convierta en absolutamente disparatado (este año Kobe Bryant y, asómbrense, Joe Johnson, cobran más que él). Su compromiso con su estado, Ohio, es firme, y salvo hecatombe se mantendrá en la plantilla, lo que hará que los Cavs le rodeen que jóvenes y veteranos ávidos de anillo año tras año. Así que posiblemente la encrucijada en el equipo sea para David Blatt, que, tras superar con nota su bendito marrón de su año como rookie en el debut NBA, volverá a tener la casi obligación de llevar el anillo a Cleveland, ciudad maldita cuyos equipos no han ganado ninguna de las grandes ligas estadounidenses (baloncesto, béisbol, fútbol americano y hockey sobre hielo) desde hace más de medio siglo, cuando en 1964 los Browns vencieran la NFL. Con LeBron hambriento, Irving y Love rodeándole, y el equipo muy por encima del límite salarial tras renovar a Tristan Thompson, Blatt no tiene tiempo ni puede esperar, como su estrella: el anillo es una obligación en su segunda temporada en la NBA.
Y más allá de encrucijadas, existen múltiples intereses. ¿Será capaz Anthony Davis de convertirse en lo que amenaza y llevar a los Pelicans arriba en el Oeste? El ala pívot, que llegara como referencia defensiva a la liga, se ha convertido ya en uno de los jugadores más completos del mundo, y su rango de tiro ampliado incluso hasta el triple le da ya infinidad de opciones. Renovado en New Orleans, Davis puede dominar la liga en la próxima década, aunque aún no esté a priori lo suficientemente bien rodeado como para aspirar al anillo. ¿Volverán a tropezar los Clippers, que un año más han vuelto a mejorar su plantilla con incorporaciones de tronío y de todos los colores (Josh Smith, Lance Stephenson, Paul Pierce, Pablo Prigioni)? No pocos les colocan como grandes favoritos en el Oeste, donde siempre hay que tener un ojo encima de los Spurs, a los que LaMarcus Aldridge vuelve a colocar en la mayor dimensión, así como un David West que, en la búsqueda de un anillo, firmó dos años a precio de medianía para dar muchísima calidad desde el banquillo. ¿Y los Warriors? Los campeones se han movido poco, más entregados que nunca a los splash brothers tras la salida de David Lee, una de sus escasas referencias interiores, con papel testimonial en la final ante Cleveland. Volverán a enamorar, seguro, Curry y Thompson seguirán siendo la mejor pareja de tiradores de la historia, pero, ¿Será suficiente para repetir anillo, una gesta de altísima dificultad?
A los que parece que nada les será suficiente es a los Lakers, que dicen aspirar al menos a colarse en playoff para despedir supuestamente con honores a Kobe Bryant. Sin embargo, la adquisición de un Roy Hibbert siempre a medio camino de todo, y el talento exterior que aúnan Lou Williams, Nick Young y Jordan Clarkson no parece suficiente herramienta para alcanzar la postemporada, aunque, tras pasarse un año en blanco, hay muchos ojos puestos en el ala pívot Julius Randle, en el que será, a todos los efectos, su primer año en la liga. Otro que vuelve tras su escalofriante lesión será Paul George, que buscará poner a los Pacers donde los dejó, como una de las grandes alternativas del Este, aunque no parezca sencillo, por más que el alero dé la sensación de estar totalmente recuperado.
Finalmente, no se puede pasar por alto la temporada de los españoles. En lo que a los Gasol se refiere, Marc terminó por demostrar que, efectivamente, era "From Memphis", firmando un contratazo y manteniéndose en un equipo que volverá a ser altamente competitivo, pero seguramente un paso por detrás de los grandes tiburones del Oeste. Pau, por su parte, cambiará del agua al aceite. Del tacticismo extremo de Tom Thibodeau, a un Fred Hoiberg que ya ha amenazado con jugar a toda pastilla, algo que algunos dudan que un cuerpo de 35 años como el del mayor de los Gasol pueda resistir, y que sin embargo pudiera venirle muy bien a Niko Mirotic. Sin embargo, en una Conferencia Este en la que habitualmente correr no está a la orden del día, habrá que ver si la apuesta de Hoiberg se lleva a cabo firmemente y, de ser así, si un exuberante Gasol tras su apoteosis en el europeo, no es capaz de aguantarla. Dudar del de Sant Boi a estas alturas es, cuanto menos, arriesgado. Para quien quizá no pinten del todo bien las cosas sea para José Calderón. Los Knicks quieren refundarse, pero volverán a tener como pieza angular a Carmelo Anthony, con todo lo que eso implica, para bien y para mal. En cuanto al base extremeño, que quiere estar a toda costa con la selección en Río, será necesario volver a recuperar una sonrisa que parece perdida hace dos o tres temporadas, tanto en Estados Unidos como en España. No será fácil, aunque debería partir como el base titular.
¿Les faltan motivos? Pues pierdan unos minutos en ver jugar a los Wizards de John Wall, en ver el crecimiento de los Milwaukee Bucks de Jason Kidd y Giannis Antetokounmpo, en descubrir si los Rockets, al fin, son candidatos al anillo, o en si los Heat, con la veteranía de Wade y Bosh, y la irrupción del sorprendente gigantón Whiteside, pueden volver a ser competitivos. Y todo los que se les ocurra. El balón ya vuela, las estrellas también. La mejor competición del mundo del deporte arranca un año más. Sólo queda disfrutarla.
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