Adam Morrison (Glendive, Montana, 19 de julio de 1984) fue un jugador de la NBA que militó en los Charlotte Bobcats (2006-2009) y Los Angeles Lakers (2009-2010). Elegido en el puesto número 3 del draft de 2006, Morrison es todo un personaje, especialmente fuera de la pista.
Adam es conocido por su aspecto desaliñado, con unos llamativos bigote y melena. También padece diabetes tipo 1 -de hecho, se convirtió en la imagen de la lucha contra esta enfermedad-, idolatra al Che Guevara y a Karl Marx, y dos horas antes de los partidos solía meterse un bistec con patatas al horno entre pecho y espalda.
Pero no sólo eso, sino que, según cuentan quienes lo conocen, también es un guarro de tomo y lomo. En declaraciones al programa radiofónico The Fan, Jared Dudley, quien fuera su compañero en los Charlotte Bobcats, contó que el alero Gerald Wallace tenía que obligar a Morrison a ducharse porque él nunca lo hacía por iniciativa propia.
"¿Adam Morrison? Nunca se duchaba tras los partidos o los entrenamientos, siempre mascaba tabaco y lo escupía hacia cualquier lado y apenas se ponía tres polos en todo el año", relata Dudley.
"En esa época", continúa, "(Adam Morrison) era un jugador que ganaba muchísimo dinero (17 millones de dólares en contratos NBA). Era la imagen de la diabetes y era portada de muchos juegos universitarios y revistas, pero era de largo el jugador más desagradable de la NBA".
"Imaginaos tener que obligar a un hombre adulto a que se dé una ducha. Debería estar avergonzado de sí mismo", añade Dudley sobre Adam Morrison, un jugador que apenas dejó huella en el campo pero, por lo que dice su excompañero, sí un intenso olor en el vestuario.