Los Cleveland Cavaliers se han sobrepuesto a la baja de Kyrie Irving y, con un esfuerzo coral, han derrotado (93-95) a los Golden State Warriors en el Oracle Arena de Oakland para empatar a uno las Finales de la NBA.
Ritmo anestesiado, mayor circulación de balón en ataque, defensa axfisiante, un LeBron James mucho menos individualista -once asistencias-, mayor intensidad, dominio en el rebote y la pintura... Fueron las claves del triunfo de los Cavaliers, que ahora viajan a Ohio con el 1-1 en la serie. Además, el equipo de Cleveland también contó con la aparición en momentos concretos de los actores secundarios como Timofei Mozgov (17 puntos y 11 rebotes en 29 minutos), James Jones (ocho puntos casi consecutivos) y Matthew Dellavedoba (el secador australiano minimizó a un Curry que firmó 5 de 23 tiros con 2/15 en triples).
En el inicio los Warriors, apoyados en un enorme Klay Thompson -finalizó el escolta con 34 puntos con 14 de 28 en el lanzamiento-, marcaban las primeras ventajas. Sin embargo, su segunda falta personal y el obligado descanso, cambió el guión del partido. Los Cavs iban como una hormiguita anotando canastas a cuenta gotas, apoyados en un LeBron James muy eficaz en el tiro y en un Mozgov imperial en ataque y en defensa -Timofey se hizo el amo de la pintura, desde donde los Cavs anotaron 18 de sus primeros 22 puntos-.
En los Warriors tan sólo funcionaba una de sus metralletas, Klay Thompson- Curry estaba totalmente desquiciado ante un Dellavedova que se iba creciendo con el paso de los minutos-. Draymond Green estaba desaparecido en ataque -7 puntos en el global-, y en esta ocasión la segunda unidad no conseguía ser un factor decisivo, tan sólo Barbosa -habrá que preguntar a Kerr porqué jugó tan sólo 5 minutos- estaba acertado de cara al aro.
Con la vuelta de Klay Thompson el ataque de los Warriors se reactivó y Golden State conseguía reducir el daño a la mínima expresión y llegar al descanso con tan sólo dos puntos de desventaja (45-47).
La segunda mitad mantuvo el guión; los Cavaliers defendiendo con el cuchillo entre los dientes contagiados por un Matthew Dellavedova que dejó a Curry sin anotar sobre su defensa hasta que faltaban 8 minutos para el final del 3º cuarto -los Warriors por primera vez en toda la temporada se fueron a los últimos 12 minutos de partido por debajo de los 60 puntos (59)-.
Dellavedova, JR Smith, Mozgov y James Jones aparecían en ataque para acompañar a un LeBron inteligente -James, además de delegar en su rebaño mucho más que en el primer partido, lo que se tradujo en menos carga física para él y ataques con mucha más fluidez y circulación de balón, penetraba con asiduidad y sacaba petroleo desde la línea de tiros libres -14 de 18-.
Un triple del guardaspaldas de LeBron -se dice que James Jones le pone la alfombrilla al rey al salir de la ducha- puso la máxima ventaja en el marcador para los Cavs 72-83.
Cuando todo parecía decidido, la gran defensa de los Warriors liderada por un Draymond Green que minimizó a LeBron -se equivocó en la recta final del partido al tomar toda la responsabilidad en el ataque de su equipo y forzar demasiado el tiro, fallando 16 de sus últimos 20 lanzamientos- , puso un parcial de 15-4 favorable al conjunto de la bahía de San Francisco y el partido se fue a la prórroga -es la primera vez que en las finales de la NBA los dos primeros partidos se van al tiempo extra- tras tener el triunfo LeBron en sus manos -falló una bandeja fácil tras, está vez sí, buscar la mejor opción, la penetración-.
En el tiempo extra los Cavs mostraron todo su oficio. ¿Todos? No, tras un gran triple de LeBron James que ponía 5 arriba a su equipo a falta de 3 de minutos, apareció JR Cortocircuitos Smith y su cruzada de cables , para regalar 3 tiros libres a Curry con un falta de panete.
Cuando parecía que los Warriors podían llevarse de nuevo el partido en el último suspiro, espoleados por su público y con un impresionante pincho de merluza de Green sobre LeBron, apareció Dellavedoba para convertirse en un gigante en la pintura, coger un rebote que vale oro, anotar los 2 tiros libres y poner uno arriba a los Cavs.
En la acción posterior, el base australiano hizo con su defensa que Curry se marcara un airball. LeBron -39 puntos, 16 rebotes y 11 asistencias- le ganaba la partida a Stephen La bailarina de claqué Curry, pero esta, sin duda, fue una verdadera victoria de equipo (93-95). -El 'Elegido' no sólo dio más protagonismo a sus discípulos en ataque, consiguió algo mucho más importante, les hizo sentirse importantes.
Matthew Dellavedova, un jugador al que su equipo olvidó en el Oracle Arena en el primer partido -la expedición se fue en el autobús de la franquicia sin el australiano abordo- y tuvo que tirar de Uber para volver al hotel, se convertía en el héroe inesperado de los Cavs. El australiano, que ya secó a Teague y Rose en estos Play-Off, fue el verdadero factor X de este segundo partido.