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Los playoffs de la Conferencia Oeste de la NBA aseguran emociones fuertes

Los playoffs del Oeste se presentan durísimos. El vencedor alcanzará la final de la NBA, a priori, con un desgaste superior al campeón del Este.

La lucha por alcanzar la final de la Conferencia Oeste a partir del próximo sábado promete ser una de las más encarnizadas de las últimas temporadas. Si ya de por sí en años precedentes el salvaje oeste había sido la conferencia más potente, por el nivel medio de sus aspirantes, seguramente este año la situación sea aún más compleja. A decir verdad, casi cualquier equipo de los ocho que competirán por alcanzar la final, exceptuando a los New Orleans Pelicans, podrían ser candidatos a la final de la NBA. Y es que nadie se extrañaría si Golden State Warriors, Houston Rockets, San Antonio Spurs, Los Angeles Clippers o Memphis Grizzlies terminan peleando por el anillo, quizá algo más si lo hacen los Dallas Mavericks o los Portland Trail Blazers. Eso sí, el desgaste que sufra el vencedor de la conferencia podría ser bastante superior al del finalista del Este, donde, al menos las eliminatorias de primera y quizá segunda ronda, parecen tener favoritos más claros.

La gran decepción sin duda de la temporada ha sido Oklahoma City Thunder, un equipo hecho para pelear por el anillo y, al que, si bien es cierto que las lesiones han lastrado durante toda la temporada, la ausencia en los playoffs podría suponer un cambio de proyecto considerable. Difícil se hace sostener la credibilidad en Scott Brooks, el técnico que les llevaría no hace tanto a la final de la NBA, cuando en una temporada digna de MVP de Russell Westbrook tirando del carro ante las bajas de Durant e Ibaka, ni los refuerzos durante la misma han permitido alcanzar las eliminatorias. Todas las miradas se centrarán en el técnico, pero especialmente interesante será saber si Durant mantiene la paciencia en su lucha contra el tiempo.

Sin embargo, ahora es tiempo para los supervivientes, y pocos pensarán en Oklahoma City en unas fechas, al menos hasta que llegue la postemporada. La lucha por el anillo único, como si del famoso libro de Tolkien se tratase, promete este año emociones fuertes desde el Oeste, en buena medida por la presencia de esos pequeños habitantes de la comarca, en este caso de la Bahía de Oakland, llamados Golden State Warriors y liderados cual Frodo y Bilbo Bolsón por los Splash Brothers, Stephen Curry y Klay Thompson. Un equipo capaz de retar al poder establecido en el Oeste, territorio donde las hordas de Greg Poppovich han emergido desde Texas en la recta final de la temporada para demostrar que distan mucho de estar acabados. Pero no serán los únicos candidatos a triunfar.

Anthony Davis, el escollo de los Warriors

Dejando de un lado las licencias novelísticas, la eliminatoria entre Golden State y New Orleans Pelicans debería ser, en principio, la más desnivelada del lado occidental de los Estados Unidos. Los Warriors no sólo han sido un equipo yeyé capaz de enamorar con su juego a cualquiera, sino que, pese al alto ritmo que imponen a sus partidos, han sido una de las mejores defensas de la NBA, mérito doble si cabe. Pocas dudas hay sobre el que ya es quizá el mejor perímetro de la historia, pero sí será necesario ver si a partir de ahora sus interiores dan un paso adelante o si la apuesta del técnico Steve Kerr sigue siendo la misma. En principio no hay motivos para pensar que un equipo con un balance de 67 triunfos por sólo 15 derrotas deba modificar su forma de jugar, pero no pocos analistas estiman históricamente que sin una gran aportación en ambos tableros de los hombres grandes es difícil dominar en el baloncesto.

El camino estará lleno de trabas bajo los aros, y la primera gran piedra de toque para los Warriors será Anthony Davis, un auténtico humanoide llegado del futuro con un enorme repertorio tanto en ataque como en defensa, que en su tercera temporada en la liga se ha convertido ya en uno de los jugadores de referencia de la competición. Uno de esos jugadores llamados a dominar la liga y que, pese a supondrá una considerable amenaza interior para los de Kerr, quizá no deba ser suficiente para inquietar realmente la clasificación de los californianos para la segunda ronda.

Pese a ser los Pelicans de ese gran entrenador que es Monty Williams un equipo con buenas amenazas exteriores (Tyreke Evans, Jrue Holiday, Eric Gordon, o hasta un alero con cuerpo de pívot que es un tirador letal, Ryan Anderson), la enorme polivalencia e imprevisibilidad de los Warriors debería permitirles alcanzar la segunda ronda con cierta holgura. Eso sí, los de la Bahía llevan ya varias jornadas centrados en la segunda fase de la temporada, si bien sus resultados no han empeorado ni mucho menos, mientras que los Pelicans comenzaron sus particulares playoffs con la recta final de la liga regular, pues su tremenda lucha con los Thunder por ocupar la última plaza de las eliminatorias les ha mantenido con la intensidad competitiva al máximo hasta el último día.

Houston - Dallas, en manos de Harden

A partir de aquí, abróchense los cinturones. Comenzando por el duelo texano entre Houston Rockets, el segundo mejor balance de la liga, frente a unos Dallas Mavericks con un arsenal repleto de talento pero que han ido a menos con el paso de los meses, quien sabe si esperando estas fechas para volver a crecer.
Los Rockets parten como favoritos, merced a esa avalancha ofensiva que genera James Harden, acaso el gran rival de Stephen Curry para ser el MVP de la liga regular, toda vez que la eliminación de los Thunder convierte la candidatura de Westbrook en quimérica. Desde su salida de Oklahoma, donde actuaba como gregario de lujo, `La barba´ no ha hecho más que crecer en una liga de la que actualmente es imagen y una de sus grandes estrellas.
La NBA tomará buena nota de lo que ha James Harden en los playoffs. | Cordon Press

El refuerzo a mitad de temporada del en ocasiones pusilánime Josh Smith ha supuesto un pequeño giro de tuerca a una rotación ya de por sí completa, que enriquece sobre manera el ex de los Pistons, al menos mientras mantenga la motivación. Trevor Ariza o Corey Brewer rellenan un completísimo perímetro, amenazador en ataque a la estela de Harden y eficaz en defensa, donde el barbudo escolta mejora en actitud aunque muestre sus carencias. La incógnida, y posiblemente la clave para que los Rockets lleguen lejos, es Dwight Howard, otrora megaestrella de la competición y hoy día convertido en secundario de nivel. Su capacidad para intimidar en el propio tablero es su gran valor, más allá de lo que genere en la ofensiva, donde las segundas opciones que produzca su rebote ofensivo serán su mayor aportación.
Enfrente estarán unos Mavericks eternos aspirantes a todo pero que desde el título de 2011 nunca han vuelto a estar realmente cerca. Nowitzki sigue siendo el líder de un equipo cargado de capacidad para encestar, con el díscolo Monta Ellis como principal anotador.
La llegada hace unos meses de Rajon Rondo procedente de Boston pareció colocar a los texanos entre los grandes candidatos al título, pero su recta final de temporada ha sido decepcionante, con el ex base de los Celtics no terminando de liderar como a él le gusta. Sin embargo, pocos estrategas existen en los banquillos NBA como Rick Carlisle, que seguro que encontrará las trampas necesarias para Harden como para que la eliminatoria se convierta en un doloroso camino para Houston.

San Antonio asusta a los Clippers

Y si de eternos candidatos hablamos, qué decir de Los Angeles Clippers, que llevan ya varias temporadas, coincidentes con la caída de los Lakers, como uno de los principales nombres a seguir, pero siempre dando la sensación de dejar un sabor de boca insuficiente. Una plantilla acorazada, con gran poderío interior en ataque y defensa, quizá el mejor base de la liga (Chris Paul) a los mandos, y tiradores exteriores fiables, con un poseedor del anillo con Doc Rivers desde el banquillo. Y sin embargo, generando dudas de forma permanente, que no se amilanarán ahora que saben quién será su rival en primera ronda: San Antonio Spurs, al coco al que nadie quería ni en pintura.
Debería ser, a buen seguro, la eliminatoria estrella de la primera ronda, con factor cancha para los angelinos pero el peso de la historia, nada desdeñable, en las espaldas de los de Poppovich. San Antonio ha llegado como un tiro a los playoffs, pese a su postrera derrota ante unos Pelicans que se jugaban la existencia. Tim Ducan y Tony Parker se han guardado durante el año en formol para exhibirse a partir de abril, Ginóbili aportará como siempre cuando más se le necesite, y la recuperación tras su lesión de Kawhi Leonard, dota a los texanos de una consistencia como no hay otra igual en la liga, ni la de su poderoso rival de primera ronda.
Para Chris Paul o Blake Griffin será un reto mayúsculo, en su carrera hacia la consideración de jugadores para la historia, especialmente en el caso del base. La experiencia será el peor enemigo de los angelinos dentro de unos Spurs tan corales como la temporada pasada capaces de, desde su 6º puesto en el Oeste, ser considerados hoy día quizá los principales favoritos en el Oeste, cuanto menos a la altura de los Warriors.

Los Grizzlies de Marc Gasol, a recuperar sensaciones

Y como fin de fiesta, otro emparejamiento lleno de alicientes: Memphis Grizzlies - Portland Trail Blazers. Solidez rocosa contra descaro y velocidad. La temporada de los de Marc Gasol comenzó a la altura de los mejores, aunque tras el All Star el físico les impidió mantener su nivel defensivo, con las lesiones haciendo acto de presencia. El mejor de los Gasol llega consolidado como el mejor `5´ puro de la competición, y como líder de un equipo entregado a su capacidad a los dos lados de la cancha, donde Zach Randolph se mantiene un año más como una maravillosa aportación ofensiva, y Mike Conley sigue creciendo desde el anonimato hacia la alcurnia de los mejores bases del momento. Junto a ellos, un ejército de gladiadores reforzados a mitad de temporada por el talentoso Jeff Green, acaso el salto de calidad definitivo en la plantilla para ser definitivamente aspirante a lo que se tercie.

Marc Gasol quiere liderar a los Grizzlies a altas cotas. | Archivo

Su rival para empezar serán unos Blazers a los que las lesiones tampoco han dejado a un lado, y a la baja del alero Wesley Matthews han seguido goteras de mayor o menor consideraciones en casi todos los hombres importantes de la plantilla. De lo que sean capaz de dar LaMarcus Aldridge, que dirimirá un duelo precioso con Randolph en el puesto de `4´, y el diabólico Damian Lillard en su reto con Conley, dependerán las opciones de los de Oregon. La intendencia la pondrá Batum y Robin Lopez y Chris Kaman tratarán de frenar al terremoto Gasol, pero, con el factor cancha a favor de los de Tennessee, la eliminatoria debiera de caer del lado de los Grizzlies, que tras ello afrontarían a su némesis, los Warriors, en una segunda ronda que todo el mundo espera que se dé.

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