Con siete victorias consecutivas, el equipo más en forma de la NBA ahora mismo es… San Antonio Spurs. Con el comienzo de los playoffs en apenas unos días, el mejor equipo de la liga en las últimas dos décadas ha vuelto a poner la velocidad de crucero antes de la fase decisiva de la competición, y pese a que no llegará en la mejor clasificación a la lucha por el título (ahora mismo es sexto clasificado de la Conferencia Oeste, con 51 victorias y 26 derrotas), no pocos analistas le colocan ya como uno de los grandes favoritos al anillo, más aún tras derrotar este domingo a los Golden State Warriors cortando la racha de doce partidos sin perder de los de la bahía de Oakland. Pero, más allá de todo eso, y de la calidad de sus jugadores, es su bagaje, por supuesto, lo que les otorga todo el crédito del mundo.
Y es que no existe equipo más fiable en los últimos años en la NBA, seguramente tampoco en el baloncesto mundial, y habrá muy pocos en el deporte en general. Al derrotar el pasado viernes a los Denver Nuggets, alcanzaron los cincuenta triunfos en este curso, y lograron hacerlo por decimosexta campaña de forma consecutiva. Con el sistema que impera en la NBA, y la igualdad que se busca mediante el draft, resulta extremadamente difícil que un equipo se mantenga en la elite incluso más de diez años, lo que da lugar a entender el enorme valor que tiene lo conseguido por los tejanos. Para ellos, todo cambió con la llegada de un hombre a la franquicia: Tim Duncan, seguramente el mejor ala pívot de la historia.
Hasta que se hicieran con los derechos del jugador de Islas Vírgenes, los Spurs habían sido una potencia media de la liga, con varios títulos de división desde finales de los 70, pero nunca habían estado realmente cerca del anillo. Ni tan siquiera la presencia del `Almirante´ David Robinson permitió por sí sola alcanzar a los de San Antonio una presencia en la pelea final por el anillo. Tuvo que ser, casualmente, una grave lesión de Robinson la que abriera definitivamente las puertas de la elite a los Spurs. En primer lugar, Bob Hill dejó su puesto en el banquillo a Gregg Popovich debido a los malos resultados (acabaron la temporada con un terrible balance de 20-62). A ello se unió, meses más tarde, la elección en el número 1 del draft de Duncan, el hombre que cambiaría para siempre la historia de la franquicia. Posiblemente, nunca una lesión grave de una estrella fue tan rentable, pues la baja de Robinson permitió a una buena plantilla como esos Spurs hacerse con el sensacional talento de Duncan, un tipo que impactaría en la liga nada más aterrizar en ella.
En su temporada de debut, Duncan logró ser el `Rookie´ del año, y el equipo volvió a ser tan competitivo como de costumbre. A partir de ahí comenzaría la gran dinastía de los Spurs en la mejor liga del mundo. En la campaña 1998-99, la del famoso lockout, con Robinson sano y Duncan ya estelar, los texanos llegarían por primera vez a la final de la NBA, imponiéndose en la misma a los New York Knicks por 4-1, con el joven pívot como mejor jugador de la pelea por el título.
Desde ese momento, el equipo dirigido por Popovich ha sido siempre uno de los mejores de la competición, fijo en los playoffs, en los que sólo ha caído tres veces en primera ronda, nueve finales de Conferencia, y seis presencias en la final de la NBA, alcanzando el anillo en cinco de ellas. Siempre, por supuesto, con Duncan imponiendo magisterio en la cancha en los momentos más necesarios, pese a que sus descansos durante la temporada regular para cuidar su físico hayan sido, lógicamente, cada vez mayores. En los últimos años, Duncan ha visto en su cartilla estadística incluso un `DNP: old´ (textualmente: no jugó por viejo), como justificación oficial a su baja, pero sigue siendo un pívot de máxima fiabilidad. No en vano, durante este curso sigue promediando más de 9 rebotes y casi 14 puntos por noche, cuando está a punto de cumplir 39 años. Una auténtica leyenda de la que no esperen que aminore su rendimiento cuando lleguen las eliminatorias decisivas, si el físico le respeta.
Desde la llegada del pívot procedente de la universidad de Wake Forest en 1997, los Spurs han ganado 1103 de sus 1662 partidos (un 66.3%). Si contamos las de las 16 últimas temporadas, todas con un mínimo de 50 triunfos, el balance es de 908 ganados en 1288 duelos totales (70`49%), algo que en las ligas mayores estadounidenses sólo superarían los New England Patriots de la NFL (194-73, 72,7%), pero teniendo en cuenta que el equipo de fútbol americano en tres temporadas no llegó a la lucha por el título, lo que le alejaría en cuanto a fiabilidad de los Spurs, que además han ganado cinco títulos en ese años, por cuatro de los Patriots.
En definitiva, un valor seguro a la hora de invertir, que prácticamente lo ha sido siempre desde la campaña 1989-90. En las veintiséis ligas jugadas desde entonces, sólo en cuatro no llegaron a las cincuenta victorias. De ellas, en la 98-99 se lo impidió el citado lockout, pero su balance de 37-13 les habría permitido sobradamente alcanzar las 50 en una temporada normal de 82 partidos, y por ende serían dieciocho temporadas seguidas. En la 92-93 se quedaron a sólo un triunfo (49-33), y en la 93-94 a apenas tres (47-35). Tan sólo la baja de Robinson les mantuvo realmente alejados de dicha cifra, si bien seguro que en San Antonio todos firman en oro aquella temporada que a posteriori supondría la llegada de Popovich al banquillo y de Tim Duncan a los tableros de las `espuelas´. Un equipo que lleva años jugando el baloncesto más inteligente de la NBA, y del que cada año se piensa que será el último en que sean competitivos, dada la edad de los Duncan, Parker o Ginobili… y que sin embargo, año tras año, sigue siendo la apuesta más fiable posible.