LeBron James, que esta temporada ha regresado a los Cleveland Cavaliers tras cuatro años en los Miami Heat, ha perdido al menos cinco kilos en las últimas semanas tras realizar la famosa dieta paleolítica, que se basa en ingerir sólo alimentos naturales y sin ninguna producción previa.
King James luce ahora una figura aún más atlética y, en una entrevista a la CNN, ha confesado cuál fue su tortura durante la dieta. "Lo peor de todo ha sido no poder comer galletas durante este tiempo, me iba a la cama y se me aparecía el Monstruo de las Galletas", dice el cuatro veces Mejor Jugador (MVP) de la NBA. "Ahora estoy en torno a los 113 kilos y me siento bien. Peso mucho menos que en los últimos años", añade.
James, que ha ganado dos anillos consecutivos con Miami (2012 y 2013), manda un aviso a sus rivales: "Me siento mucho más ligero y más rápido en la cancha. Me parece que no son buenas noticias para la competencia".