El regreso de las Finales de la NBA a San Antonio después de seis años de ausencia de la lucha por el título de liga no pudo tener mejor comienzo al ver como en el tercer partido de la serie que disputan al mejor de siete ante los Heat, actuales campeones, los arrollaron 113-77.
Un resultado que supone la mayor paliza recibida jamás por Miami en su historia en los playoff, puesto que nunca habían perdido por más de 31 puntos. Y una diferencia, además, que puede tener consecuencias negativas: ningún equipo en la historia ha perdido un partido en la final por más de 33 puntos, y ha terminado ganando el título... Además, el cuarto partido se jugará también en el AT&T Center, de San Antonio, el próximo jueves.
Dos hombres, los escoltas Danny Green y Gary Neal se convirtieron en el factor sorpresa al aportar una combinación de 51 puntos y 13 triples, que permitieron a los Spurs no sólo ganar el partido sino dominar a los Heat en todas las facetas del juego.
Green logró su mejor marca como profesional al anotar 27 puntos, capturando además cuatro rebotes, mientras que Gary Neal, exjugador de Barcelona y Unicaja, también estableció su mejor marca como profesional en la fase final al anotar 24 puntos.
Además, la gran actuación de jugadores secundarios –también brilló Leonard– permitió que otros pesos pesados como Tony Parker o Manu Ginóbili dispusieran de más minutos de descanso, recuperándose de cara al cuarto partido en San Antonio.
El escolta Dwyane Wade lideró el ataque de los Heat al conseguir 16 puntos, cinco asistencias y cuatro recuperaciones de balón, mientras que la estrella del equipo de Miami, LeBron James vivió otra pesadilla en su vuelta a San Antonio para unas Finales de la NBA como le sucedió en el 2007 con los Cavaliers.