Ha vuelto. Nueve meses ha estado fuera de las canchas debido a la grave lesión de ligamentos que sufrió en la rodilla izquierda. Ricky Rubio ayudó a los Timberwolves de Minnesota a ganar en la prórroga 114-106 a los Mavericks de Dallas.
El entrenador de los Timberwolves, Rick Adelman, decidió que Rubio entrase al partido cuando faltaban 1:47 minutos para que concluyese el primer periodo y el equipo estaba abajo en el marcador 18-28. La presencia de Rubio se hizo sentir inmediatamente y el equipo cambió de actitud ante el delirio de los aficionados que recibieron al base español con una gran ovación.
Aunque sólo jugó 19 minutos, Rubio se convirtió en factor ganador de los Timberwolves, que consiguieron la cuarta victoria consecutiva, a pesar de la ausencia del ala-pívot All Star, Kevin Love, de baja por enfermedad. Se consolidan en el segundo lugar de la División Noroeste.
El base internacional español aportó nueve puntos al anotar 1 de 4 tiros de campo, falló los tres intentos de triple que hizo, y acertó 6 de 8 lanzamientos de personal, repartió nueve asistencias, capturó cuatro rebotes y recuperó tres balones.
Rubio tiene restringido el número de minutos que jugará hasta que se vaya adaptando a la competición regular, pero su presencia en la cancha dio nueva energía al equipo y confianza en conseguir la victoria, que fue lo que al final sucedió.
Nadie cuestiona el valor de Rubio y la aportación positiva que hará al equipo de los Timberwolves, pero a la vez tendrán que tener paciencia para que su adaptación y recuperación de juego sea completa tras su larga ausencia de los campos de juego.