(Libertad Digital) Nadal ha conseguido su vigésima quinta victoria consecutiva en Roland Garros al vencer por octava vez en otros tantos encuentros a Verdasco. Almagro será ahora su rival, y el primer diestro que le sale al encuentro después de tres zurdos, porque el de Murcia se ganaba ese derecho al derrotar a Jeremy Chardy en dos horas y 48 minutos. Los dos partidos se vieron interrumpidos por la lluvia, pero se resolvieron en tres sets, muestra de la superioridad del de Manacor y murciano. Nadal se encontró, además, con un rival que actuó mermado por un problema en el cuádriceps derecho y Fernando apenas pudo moverse e intentar poner en peligro el domino de Rafael.
En un duelo fratricida entre españoles, en la pista Philippe Chatrier, Nadal se protegió con un doble vendaje el pie derecho que le martiriza con sus ampollas y jugó con la tranquilidad que le faltó a Verdasco, que con esta derrota se despide de la lucha por el billete para los Juegos Olímpicos de Pekín, y será Tommy Robredo el que acompañe a Rafa, David Ferrer y a Almagro a la capital china. Nadal ha dominado a Almagro en las dos ocasiones en las que se han enfrentado, en Palermo 2004 y Barcelona 2006, ambos sobre tierra, y nunca ha cedido un set ante él.
Rafa se sintió algo mareado en el inicio del segundo set, porque se duchó tras la lluvia y apenas le dio tiempo para secarse y estar en condiciones. Llamó al fisioterapeuta nada más reiniciarse el partido, comió un pedazo de plátano, un poco de pan y se sintió mejor. A partir de ahí no volvió a dar muestras de flaqueza, todo lo contrario que Verdasco, que en varios momentos estuvo a punto de irse de la pista. "Con 6-1 y 4-0 ya sabía que no podía ganar, a no ser que se rompiese una pierna, me quedé por respeto a él y al torneo", decía el madrileño, que confesó después que desde el partido contra Santiago Ventura en primera ronda había tenido que inyectarse por los dolores en la pierna. "Si no estás al 200 por cien no puedes hacer nada contra Nadal", matizó.
Contra Almagro, a Chardy no le han valido ni las dejadas ni el saque que exhibió en rondas anteriores contra el argentino David Nalbandian y el ruso Dmitry Tursunov. El francés, número 145 del mundo, había igualado el récord de su compatriota Henri Leconte, último invitado especial que llegó a los cuartos de final en 1992 -luego cayó en semifinales-, pero no pudo salir de allí, ante la fuerza y el saque de Almagro, que conectó 19 'aces', uno de ellos a 216 kilómetros por hora, con lo que se mantiene líder del torneo en ese apartado con un total de 78.
Chardy, de 1,87 metros, al que su patrocinador le había proporcionado por error tallas de camisas que casi le servían de camisón, dispuso de dos bolas de set en el primer parcial y otras dos en el desempate del segundo, pero no fue capaz de convertir ninguna. Y se desesperó de tal forma al ceder la segunda manga, que lanzó su raqueta al suelo con furia y ésta acabó en el campo de Almagro, corriendo el riesgo de ser descalificado. Además cometió 12 dobles faltas, demasiadas. El murciano sigue en racha. Solo ha cedido un set en cuatro partidos. Normal es que esta confianza se traduzca en una sangre fría especial para afrontar situaciones difíciles, como las de hoy en los desempates, y que luego celebre sus victorias con guiños a su equipo. Hoy se peinó el pelo tres veces, y volvió a repetir el "chupete" que hizo ante Murray, en homenaje al hijo de su representante.
Francia, que había colocado a cinco de sus representantes en octavos de final, por primera vez desde 1971, cedió a tres de sus raquetas, porque además de la derrota de Chardy, el serbio Novak Djokovic se encargó de cortar las alas a Paul-Henry Mathieu, discípulo del tres veces ganador de Roland Garros Mats Wilander, por 6-4, 6-3 y 6-4, y el letón Ernest Gulbis, el más joven de los que queda en el cuadro, con 19 años, y el primero de esta nacionalidad en llegar a los cuartos de un 'Grand Slam', venció a Michael Llodra, por 6-4, 7-6 (7-4) y 6-3. De los 19 galos que empezaron el torneo ya sólo quedan dos: Gael Monfils, que este lunes se enfrentará contra el croata Ivan Ljubicic, y Julien Benneteau, que lo hará con el suizo Roger Federer.
En un duelo fratricida entre españoles, en la pista Philippe Chatrier, Nadal se protegió con un doble vendaje el pie derecho que le martiriza con sus ampollas y jugó con la tranquilidad que le faltó a Verdasco, que con esta derrota se despide de la lucha por el billete para los Juegos Olímpicos de Pekín, y será Tommy Robredo el que acompañe a Rafa, David Ferrer y a Almagro a la capital china. Nadal ha dominado a Almagro en las dos ocasiones en las que se han enfrentado, en Palermo 2004 y Barcelona 2006, ambos sobre tierra, y nunca ha cedido un set ante él.
Rafa se sintió algo mareado en el inicio del segundo set, porque se duchó tras la lluvia y apenas le dio tiempo para secarse y estar en condiciones. Llamó al fisioterapeuta nada más reiniciarse el partido, comió un pedazo de plátano, un poco de pan y se sintió mejor. A partir de ahí no volvió a dar muestras de flaqueza, todo lo contrario que Verdasco, que en varios momentos estuvo a punto de irse de la pista. "Con 6-1 y 4-0 ya sabía que no podía ganar, a no ser que se rompiese una pierna, me quedé por respeto a él y al torneo", decía el madrileño, que confesó después que desde el partido contra Santiago Ventura en primera ronda había tenido que inyectarse por los dolores en la pierna. "Si no estás al 200 por cien no puedes hacer nada contra Nadal", matizó.
Contra Almagro, a Chardy no le han valido ni las dejadas ni el saque que exhibió en rondas anteriores contra el argentino David Nalbandian y el ruso Dmitry Tursunov. El francés, número 145 del mundo, había igualado el récord de su compatriota Henri Leconte, último invitado especial que llegó a los cuartos de final en 1992 -luego cayó en semifinales-, pero no pudo salir de allí, ante la fuerza y el saque de Almagro, que conectó 19 'aces', uno de ellos a 216 kilómetros por hora, con lo que se mantiene líder del torneo en ese apartado con un total de 78.
Chardy, de 1,87 metros, al que su patrocinador le había proporcionado por error tallas de camisas que casi le servían de camisón, dispuso de dos bolas de set en el primer parcial y otras dos en el desempate del segundo, pero no fue capaz de convertir ninguna. Y se desesperó de tal forma al ceder la segunda manga, que lanzó su raqueta al suelo con furia y ésta acabó en el campo de Almagro, corriendo el riesgo de ser descalificado. Además cometió 12 dobles faltas, demasiadas. El murciano sigue en racha. Solo ha cedido un set en cuatro partidos. Normal es que esta confianza se traduzca en una sangre fría especial para afrontar situaciones difíciles, como las de hoy en los desempates, y que luego celebre sus victorias con guiños a su equipo. Hoy se peinó el pelo tres veces, y volvió a repetir el "chupete" que hizo ante Murray, en homenaje al hijo de su representante.
Francia, que había colocado a cinco de sus representantes en octavos de final, por primera vez desde 1971, cedió a tres de sus raquetas, porque además de la derrota de Chardy, el serbio Novak Djokovic se encargó de cortar las alas a Paul-Henry Mathieu, discípulo del tres veces ganador de Roland Garros Mats Wilander, por 6-4, 6-3 y 6-4, y el letón Ernest Gulbis, el más joven de los que queda en el cuadro, con 19 años, y el primero de esta nacionalidad en llegar a los cuartos de un 'Grand Slam', venció a Michael Llodra, por 6-4, 7-6 (7-4) y 6-3. De los 19 galos que empezaron el torneo ya sólo quedan dos: Gael Monfils, que este lunes se enfrentará contra el croata Ivan Ljubicic, y Julien Benneteau, que lo hará con el suizo Roger Federer.