L D (EFE) Casi todo, los ex números unos consultados en las últimas semanas ofrecen esas apuestas. París será este año coto privado, o bien de un hispanohablante o de Federer, que con su exitosa defensa en la tierra de Hamburgo parece preparado a tomar la capital francesa por primera vez. Y entre las cábalas, y sin ningún tipo de duda, aparece Rafa Nadal, que quiere celebrar su 19 cumpleaños todavía vivo en París, lo que significaría que estaría ya en las rondas finales.
Nadal se ha ganado este favoritismo a pulso. Se ha metido en el bolsillo cinco torneos antes de llegar a París: Costa de Sauipe (Brasil), Acapulco (México), Montecarlo, Barcelona y Roma, todos ellos en tierra batida, una superficie en la que presenta el mejor balance de todos los competidores, con 33 partidos disputados y sólo dos derrotas. Pero el zurdo de Manacor debuta en este Grand Slam después de dos intentos fallidos por lesión. Será pues su prueba de fuego y, además, tendrá que soportar una tremenda presión mediática durante las primeras rondas y calmar sus intensos deseos de ganar un torneo, que si no este año parece destinado a ocupar un lugar en su vitrina. En cualquier caso, si logra hacerse con la Copa de los Mosqueteros, sería el primero en conseguirlo en su primera intervención desde el sueco Mats Wilander en 1982.
El cuadro masculino ofrece solo una baja de importancia, la de australiano Lleyton Hewitt, aunque también faltarán el sueco Joachim Johansson y el estadounidense Taylor Dent, ausencias que han colocado a Juan Carlos Ferrero entre los cabezas de serie. Para Federer, que cayó en 2004 en tercera ronda contra el brasileño Gustavo Kuerten, la apuesta de ganar París es casi obligatoria para él. Es el único grande que le falta, y no quiere pasar a la historia como Pete Sampras que nunca pudo levantar la Copa. Sus seis títulos, Doha, Rotterdam, Dubai, Indian Wells, Cayo Vizcaíno y Hamburgo, le confieren una vitola de invencible, mas si se tiene en cuenta que solo el ruso Marat Safin, en las semifinales del Abierto de Australia, y el francés Richard Gasquet, en cuartos en Montecarlo, han sido capaces de vencerle este año.
Pero sin duda es el fenómeno Nadal el que flota en el ambiente. Fenómeno que ha dejado casi eclipsados a otros españoles cuya experiencia y ambición todavía perduran, como Carlos Moyá, campeón en 1998, y Juan Carlos Ferrero, finalista en el 2002 y vencedor en 2003. Y a jugadores más jóvenes, como el alicantino David Ferrer, con 19 victorias en tierra que le llevaron a ser finalista en Valencia y semifinalista en Roma. En la nómina de españoles, seis partirán como cabezas de serie: Nadal (4), Moyá (14), Tommy Robredo (15), Ferrer (20), Feliciano López (24) y Juan Carlos Ferrero (32). El cuadro femenino, con siete participantes, no registrará por primera vez desde 1989, una sola favorita.
Nadal se ha ganado este favoritismo a pulso. Se ha metido en el bolsillo cinco torneos antes de llegar a París: Costa de Sauipe (Brasil), Acapulco (México), Montecarlo, Barcelona y Roma, todos ellos en tierra batida, una superficie en la que presenta el mejor balance de todos los competidores, con 33 partidos disputados y sólo dos derrotas. Pero el zurdo de Manacor debuta en este Grand Slam después de dos intentos fallidos por lesión. Será pues su prueba de fuego y, además, tendrá que soportar una tremenda presión mediática durante las primeras rondas y calmar sus intensos deseos de ganar un torneo, que si no este año parece destinado a ocupar un lugar en su vitrina. En cualquier caso, si logra hacerse con la Copa de los Mosqueteros, sería el primero en conseguirlo en su primera intervención desde el sueco Mats Wilander en 1982.
El cuadro masculino ofrece solo una baja de importancia, la de australiano Lleyton Hewitt, aunque también faltarán el sueco Joachim Johansson y el estadounidense Taylor Dent, ausencias que han colocado a Juan Carlos Ferrero entre los cabezas de serie. Para Federer, que cayó en 2004 en tercera ronda contra el brasileño Gustavo Kuerten, la apuesta de ganar París es casi obligatoria para él. Es el único grande que le falta, y no quiere pasar a la historia como Pete Sampras que nunca pudo levantar la Copa. Sus seis títulos, Doha, Rotterdam, Dubai, Indian Wells, Cayo Vizcaíno y Hamburgo, le confieren una vitola de invencible, mas si se tiene en cuenta que solo el ruso Marat Safin, en las semifinales del Abierto de Australia, y el francés Richard Gasquet, en cuartos en Montecarlo, han sido capaces de vencerle este año.
Pero sin duda es el fenómeno Nadal el que flota en el ambiente. Fenómeno que ha dejado casi eclipsados a otros españoles cuya experiencia y ambición todavía perduran, como Carlos Moyá, campeón en 1998, y Juan Carlos Ferrero, finalista en el 2002 y vencedor en 2003. Y a jugadores más jóvenes, como el alicantino David Ferrer, con 19 victorias en tierra que le llevaron a ser finalista en Valencia y semifinalista en Roma. En la nómina de españoles, seis partirán como cabezas de serie: Nadal (4), Moyá (14), Tommy Robredo (15), Ferrer (20), Feliciano López (24) y Juan Carlos Ferrero (32). El cuadro femenino, con siete participantes, no registrará por primera vez desde 1989, una sola favorita.