Sin salir de la Rod Laver Arena desde que comenzó el torneo, Nadal lleva anotadas ya tres victorias con un solo parcial en el camino. Lo ideal para él y lo que buscan todos, es llegar lo mejor posible físicamente a los cuartos de final, pero este viernes el gran tenis desplegado por su rival le impidió seguir imbatido, rango que por su parte del cuadro únicamente ostenta el británico Andy Murray, que despachó al francés Florent Serra, por 7-5, 6-1 y 6-4.
Ante Kohlschreiber significó además el partido 500 de su carrera, sembrada con 408 triunfos, y para obtenerla necesitó tres horas y 30 minutos. La confianza de sus cuatro triunfos anteriores sobre el germano, a quien ya derrotó también en Melbourne en 2007, ayudó al de Manacor que se mostró muy superior en los dos primeros sets, pero que se vio sorprendido por el gran despliegue ofensivo del su rival al acabar el segundo.
En esas primeras mangas, Nadal estuvo rápido de piernas y minó poco a poco el vistoso tenis del alemán, que en septiembre ocupó el puesto 22 y que cerró el año con el mejor de su carrera en el 27. Una espectacular derecha, de fuera a dentro de la pista, que dejó boquiabierto al teutón, sirvió para finiquitar el segundo parcial.
En el tercero, Philipp se colocó con ventaja de 3-0 gracias a su acoso en la red y a restos fabulosos, y se hizo con éste parcial con dos roturas. Pero en el cuarto la derecha de Nadal y sus paralelos volvieron a funcionar de forma magistral. Sacó para ganar, con 5-4 y aunque fue roto por el alemán, ganó luego los dos últimos y acabó con una derecha cruzada.
En Melbourne, Kohlschreiber tiene buenos recuerdos. Hace dos años eliminó al estadounidense Andy Roddick en la tercera ronda, con 32 saques directos, y este año se había convertido en el verdugo de dos zurdos, el argentino Horacio Zeballos y el australiano Wayne Odesnik, pero ese 'hat trick' particular fue imposible ante Nadal.