Nalbandian tiró entonces de agresividad, buscó las esquinas y aprovechó los restos dubitativos del número uno del mundo para colocar la bola en lugares imposibles de llegar y, anotándose de nuevo tres juegos seguidos, se hizo con el primer set.
La segunda manga deparó un nuevo Nadal. Concentrado y enérgico, aunque dejó escapar tres bolas de "break" para el que pudo ser el 3-1 a su favor. Cuando peor pintabas las cosas, el español salvó hasta cinco bolas de partido, endosó un juego en blanco a Nalbandian y se apuntó el "tie-break", no sin dificultades.
Resurgía el español y el último set fue un paseo: rompió el primer servicio de su rival y volvió a hacerlo en el tercero y en el quinto para anotarse el set en blanco y el pase a cuartos.
Ésta es la primera victoria de Nadal frente a Nalbandian, con quien había perdido en sus dos únicos enfrentamientos hasta ahora, ambos disputados a finales de 2007, fechas en las que el argentino atravesó por un excepcional momento de forma.