Nadal estuvo a la altura del envite y necesitó recurrir a su mejor tenis para dejar en la cuneta a Ferrer, tan guerrero como siempre. El manacorense, que fue de menos a más, sentenció el choque al comienzo del segundo set, momento clave del partido. Hasta entonces la igualdad primó sobre la morada pista de Miami, en la que Ferrer buscó mover a Nadal de lado a lado para provocar su desgaste.
El balear cayó en la trampa y pronto fue consciente de que sus opciones de ganar se reducían a medida que avanzaba el choque. De hecho, el de Jávea dispuso de cinco bolas de rotura por las dos del mallorquín. Sin embargo, Nadal cambió su registro e hizo subir a la red a 'Ferru', incapaz de solventar puntos sencillos, fruto de su impaciencia. Así, el partido se fue al 'tie break' y el número cuatro mundial echó el botín en el bolsillo. Un set que pudo haber sido para cualquiera de los dos jugadores.
Con el 1-0, Rafa Nadal tranquilizó su juego y apostó por no cometer los errores del comienzo. La precipitación se quedó a un lado y Ferrer clamaba al cielo con sus gritos más agresividad y constancia. El levantino, que ha alcanzado dos veces las semifinales en Miami, no pudo con el imparable ritmo de su oponente y veía cómo se acercaba a su final en el torneo norteamericano.
Un tenis soberbio del manacorense que le dio licencia para romper el saque de Ferrer y colocarse 3-0 en otros tantos juegos. Un lastre demasiado pesado para que resurgiese el jugador decisivo en la última eliminatoria de Copa Davis ante Suiza. Con golpes de rabia, Ferrer lo intentó, pero Nadal terminó con la victoria bajo el brazo. "Voy a necesitar mucha suerte de ahora en adelante", dijo el insular al término del choque.