L D (EFE) En pleno comienzo de la temporada, con Nadal como número uno del mundo, Murray ha completado una semana de preparación fenomenal en este torneo antesala de los primeros oficiales que se avecinan, con Doha (Qatar), Brisbane (Australia) y Madras (India) a punto.
Para Nadal, con indumentaria nueva y mucho más seria que en sus años anteriores, la incursión en esta competición millonaria ha servido para reencontrarse de nuevo con el juego después de permanecer dos meses sin partido alguno tras sufrir una tendinitis en el tendón cuadricipital y medirse aquí con los mejores del mundo -siete de los diez primeros-, como previa para la defensa de su primer puesto.
Murray llegaba a esta final mejor preparado que Nadal. Había disputado dos partidos antes, con victoria ante el estadounidense James Blake y el suizo Roger Federer, esta última para constatar que sus aspiraciones de ser el máximo rival de Nadal por el número uno son un hecho.
Para Nadal, con indumentaria nueva y mucho más seria que en sus años anteriores, la incursión en esta competición millonaria ha servido para reencontrarse de nuevo con el juego después de permanecer dos meses sin partido alguno tras sufrir una tendinitis en el tendón cuadricipital y medirse aquí con los mejores del mundo -siete de los diez primeros-, como previa para la defensa de su primer puesto.
Murray llegaba a esta final mejor preparado que Nadal. Había disputado dos partidos antes, con victoria ante el estadounidense James Blake y el suizo Roger Federer, esta última para constatar que sus aspiraciones de ser el máximo rival de Nadal por el número uno son un hecho.
Tras perder la final de este sábado, el propio Rafa Nadal destacaba el juego del siempre incómodo Murray. "Ha jugado muy bien, y si sigue a este nivel, incluso puede ganar el Abierto de Australia", decía el zurdo de Manacor, quien comenta que estos días en Abu Dhabi habían sido "increíbles, mejor imposible". "Estoy contento aunque podía haber sido mejor, pero ha sido un buen test para comprobar cómo estoy de nivel", añade Nadal, que con esta derrota no ha podido vengar la última afrenta que Murray le infligió en la semifinales del Abierto de Estados Unidos, cuando el escocés impidió que el español disputase tres finales seguidas del 'Grand Slam'.
El sobrado talento de Murray se impuso en el tercer set, cuando se decidió a atacar con más solvencia. Rompió en el séptimo juego, cuando los dos jugadores corrían con un desmayo impropio de una exhibición y ganó tres juegos consecutivos para alzarse con el título después de disponer de tres bolas de partido.
El partido comenzó bien para Murray, que en 48 minutos se apuntó la primera manga, en la que sólo estuvo en desventaja tras el primer juego y en la que rompió dos veces el servicio del mallorquín (1-2 y 4-5), que sólo lo recuperó por una doble falta del escocés en el octavo punto (4-4). Los inusuales errores del número uno del mundo y el acierto en el saque del escocés decantaron a favor de éste el primer set, que se adelantó 30-0 con una subida a la red tras la que Nadal reaccionó (30-15) pero envió una bola demasiado larga con la que regaló la manga a su rival (4-6).
Nadal volvió a adelantarse en el inicio del segundo set, pero Murray anuló su ventaja y el partido atravesó momentos decisivos con 2-2 en el marcador, desequilibrado a favor del número cuatro del mundo. Dos fallos de Nadal colocaron a Murray con una primera opción de romperle de nuevo el servicio que no acertó a consumar, pero el mallorquín, con ventaja para anotarse el punto, cometió una doble falta que facilitó otra igualada y marró una devolución que permitió al escocer hacer otra rotura y situarse con 2-3.
La nueva desventaja fue un revulsivo para Nadal que rompió el servicio de Murray en el siguiente juego (3-3) y se anotó el otro en blanco (4-3). El escocés empezó a descentrarse y, aunque logró igualar el marcador dos veces, cometió un error decisivo para que el set cayera del lado del español por 7-5 y todo se dilucidara en la tercera.
El sobrado talento de Murray se impuso en el tercer set, cuando se decidió a atacar con más solvencia. Rompió en el séptimo juego, cuando los dos jugadores corrían con un desmayo impropio de una exhibición y ganó tres juegos consecutivos para alzarse con el título después de disponer de tres bolas de partido.
El partido comenzó bien para Murray, que en 48 minutos se apuntó la primera manga, en la que sólo estuvo en desventaja tras el primer juego y en la que rompió dos veces el servicio del mallorquín (1-2 y 4-5), que sólo lo recuperó por una doble falta del escocés en el octavo punto (4-4). Los inusuales errores del número uno del mundo y el acierto en el saque del escocés decantaron a favor de éste el primer set, que se adelantó 30-0 con una subida a la red tras la que Nadal reaccionó (30-15) pero envió una bola demasiado larga con la que regaló la manga a su rival (4-6).
Nadal volvió a adelantarse en el inicio del segundo set, pero Murray anuló su ventaja y el partido atravesó momentos decisivos con 2-2 en el marcador, desequilibrado a favor del número cuatro del mundo. Dos fallos de Nadal colocaron a Murray con una primera opción de romperle de nuevo el servicio que no acertó a consumar, pero el mallorquín, con ventaja para anotarse el punto, cometió una doble falta que facilitó otra igualada y marró una devolución que permitió al escocer hacer otra rotura y situarse con 2-3.
La nueva desventaja fue un revulsivo para Nadal que rompió el servicio de Murray en el siguiente juego (3-3) y se anotó el otro en blanco (4-3). El escocés empezó a descentrarse y, aunque logró igualar el marcador dos veces, cometió un error decisivo para que el set cayera del lado del español por 7-5 y todo se dilucidara en la tercera.