L D (EFE) Djokovic decidió abandonar por unos problemas en la espalda, producto sin duda del duro desgaste al que se vio sometido, sobre todo en el primer set. Pese a todo, el serbio comentó con cierta altanería que si no hubiera sido por la lesión el signo podía haber sido otro, porque estaba seguro de tener el mando del partido. "Todo el mundo dice que es el mejor del mundo en esta superficie, pero yo digo que no es invencible", comentaba Nole Djokovic.
El duelo entre Nadal y el serbio se había convertido en el cuarto encuentro de cuartos de final más joven desde que comenzó la Era Open en 1968. Y el mallorquín, a la vez que alcanzar las semifinales, ha logrado asegurarse ya el puesto de número dos del mundo al término de esta semana, independientemente de lo que haga de aquí en adelante. La fortaleza de Rafa Nadal desde el fondo de la pista y también su experiencia en estas rondas finales, fueron superiores a la ilusión de Djokovic, el segundo serbio en la historia en alcanzar esta ronda en un Grand Slam después de Slobodan Zivojinovic.
En su primer enfrentamiento entre ellos, Nadal se apuntó el primer set en 47 minutos. En ese parcial fue donde ambos midieron sus fuerzas y donde el español dejó constancia de que estaba preparado para aguantar lo que fuera. Tras este parcial, la voluntad de Djokovic pareció resquebrajarse y en los tres primeros juegos siguientes, estuvo descentrado y acribillado por las dejadas del español, hasta que entregó el 3-0 con una doble falta. Nadal llegó a situarse incluso con una ventaja de 4-1 y de 30-0 en el sexto juego del segundo parcial. Djokovic parecía hundido e incluso pidió asistencia médica por un problema en el muslo izquierdo y en las lumbares, pero el de Belgrado aguantó y gracias a sus tremendos golpes planos de derecha, forzó a que Nadal tuviera que rematar esta manga en el décimo juego, cuando ya Novak había rodado por el suelo en busca de bolas inalcanzables.
Fueron momentos de bajón mental de Nadal. "Esto es lo que hay, es lo que toca esta semana", recordó el de Manacor al rememorar que este año, quizás no juega con la soltura del 2005 y ha pasado ya por situaciones en las que se ha visto dominado. Fue al final de ese segundo set cuando el serbio decidió que no podía soportar más castigo y decidió abandonar. Su espalda le estaba matando y era peligroso continuar. Nadal, así, se colocaba en semifinales con menos esfuerzo del esperado. La victoria, en menos tiempo de lo esperado, supone una buena medicina para recuperar todo el esfuerzo que ha realizado en partidos anteriores para sumar hasta ahora 14 horas y nueve minutos de brega en pos de su segundo título en París.
El duelo entre Nadal y el serbio se había convertido en el cuarto encuentro de cuartos de final más joven desde que comenzó la Era Open en 1968. Y el mallorquín, a la vez que alcanzar las semifinales, ha logrado asegurarse ya el puesto de número dos del mundo al término de esta semana, independientemente de lo que haga de aquí en adelante. La fortaleza de Rafa Nadal desde el fondo de la pista y también su experiencia en estas rondas finales, fueron superiores a la ilusión de Djokovic, el segundo serbio en la historia en alcanzar esta ronda en un Grand Slam después de Slobodan Zivojinovic.
En su primer enfrentamiento entre ellos, Nadal se apuntó el primer set en 47 minutos. En ese parcial fue donde ambos midieron sus fuerzas y donde el español dejó constancia de que estaba preparado para aguantar lo que fuera. Tras este parcial, la voluntad de Djokovic pareció resquebrajarse y en los tres primeros juegos siguientes, estuvo descentrado y acribillado por las dejadas del español, hasta que entregó el 3-0 con una doble falta. Nadal llegó a situarse incluso con una ventaja de 4-1 y de 30-0 en el sexto juego del segundo parcial. Djokovic parecía hundido e incluso pidió asistencia médica por un problema en el muslo izquierdo y en las lumbares, pero el de Belgrado aguantó y gracias a sus tremendos golpes planos de derecha, forzó a que Nadal tuviera que rematar esta manga en el décimo juego, cuando ya Novak había rodado por el suelo en busca de bolas inalcanzables.
Fueron momentos de bajón mental de Nadal. "Esto es lo que hay, es lo que toca esta semana", recordó el de Manacor al rememorar que este año, quizás no juega con la soltura del 2005 y ha pasado ya por situaciones en las que se ha visto dominado. Fue al final de ese segundo set cuando el serbio decidió que no podía soportar más castigo y decidió abandonar. Su espalda le estaba matando y era peligroso continuar. Nadal, así, se colocaba en semifinales con menos esfuerzo del esperado. La victoria, en menos tiempo de lo esperado, supone una buena medicina para recuperar todo el esfuerzo que ha realizado en partidos anteriores para sumar hasta ahora 14 horas y nueve minutos de brega en pos de su segundo título en París.
Ahora Nadal tendrá que luchar contra Ivan Ljubicic, que tampoco se ha desgastado demasiado para vencer a Benneteau después de dos horas y trece minutos de partido. El tenista de Banja Luka, que logra así su pase para semifinales de Roland Garros por primera vez en su carrera, se enfrentará este viernes por cuarta vez a Nadal, con un balance de 2-1 para el español, aunque será el primero en tierra batida de todos ellos. Todos los duelos tuvieron lugar el año pasado, con victoria del croata en cuartos de final de Doha, y triunfo de Rafa en octavos del Masters Series de Cayo Vizcaíno y la final del de Madrid.