L D (EFE) En el año de la revolución argentina en París, el tenis ruso no ha querido ser menos y si Dementieva acababa con Suárez por 6-0 y 7-5 en 84 minutos, Myskina se imponía a Capriati, campeona en París en 2001, por un doble 6-2 en una hora y un minuto.
Una nueva campeona, y rusa, asoma para el sábado. Las dos se han enfrentado en seis ocasiones, con empate a tres, pero Myskina ha ganado las dos de tierra: Palermo, en 1999, y Sarasota (tierra verde) en 2003, ambas en tres sets.
Será la primera final rusa en un torneo femenino de Grand Slam, donde hasta ahora sólo habían coleccionado derrotas. La más dolorosa la de Natasha Zvereva en Roland Garros contra la alemana Steffi Graf en 1988, la más corta en la historia, con 6-0 y 6-0 en 34 minutos. Olga Morozova, que viaja con Dementieva ahora, perdió la de Wimbledon en 1974 contra Chris Evert por 6-0 y 6-4, y también la de Roland Garros ese mismo año y contra la misma rival, por 6-1 y 6-2. En el circuito masculino, Marat Safin, campeón del Abierto de EEUU en 2000, y Yevgueny Kafelnikov, vencedor del Abierto de Australia en 1999 y en París en 1996, han sido los mejores rusos. Como país, Rusia ganó la Copa Davis en l 2002 además de alcanzar también la final en 1994 y 1995. En la Copa Federación ha sido tres veces finalista: en 1988, 1990 y 2001.
Elena y Anastasia pertenecen al mismo club de Moscú, el Spartak, conocido más por sus éxitos en fútbol y hockey, y donde se conocen desde niñas. Empezaron con el mismo entrenador, y aunque no han brillado con la luz exterior de la más famosa de las rusas recientes, Anna Kournikova, ahora están en disposición de luchar por un grande, oportunidad que nunca tuvo la novia de Enrique Iglesias (semifinalista en Wimbledon en 1997). La llegada de dos rusas a la final de Roland Garros confirma el empuje del tenis de este país que tiene a 13 de ellas entre las cien primeras y a siete entres las 25 mejores. Myskina ya se ha asegurado ser la número tres del mundo, mientras que Dementieva será la sexta.
Elena, criticada por falta de agresividad en los momentos cruciales, ha necesitado cuatro años para volver al gran nivel que exhibió en el 2000 cuando fue semifinalista del Abierto de Estados Unidos y medalla de plata en los JJOO de Sydney. Las lesiones se lo impidieron y quizás los tres títulos que posee serían más de no ser por ello. Paola Suárez entregó los dos parciales con sendas dobles faltas (cuarta y octava). Fue un reflejo de la impotencia que notó en la pista central, donde resultó masacrada en el primer set en 27 minutos, por el revés angulado y la eléctrica derecha de Dementieva. La argentina necesitó 39 minutos para ganar su primer juego, una ruptura, y en el segundo set tuvo sus opciones, peleando al máximo para situarse con 4-3 y 5-4 y servicio. En esa última ocasión se le escapó el partido, pues Dementieva ganó los tres últimos juegos consecutivos.
Myskina, con siete títulos, uno de ellos este año en Doha, tenía la papeleta más complicada, pues se enfrentaba con la campeona del 2001 y con una jugadora que le había ganado en cinco de las seis ocasiones entre ambas. Pero Myskina tomó delantera inmediatamente al situarse con 3-0 en el primer set y aunque Jennifer recuperó hasta el 3-2, la rusa ganó los tres siguientes. La historia del segundo set fue muy similar y Anastasia se apuntó la victoria a la primera oportunidad, para colocarse en una final del Grand Slam casi sin creérselo, pues en tres intervenciones anteriores en París sólo había ganado un partido.
Una nueva campeona, y rusa, asoma para el sábado. Las dos se han enfrentado en seis ocasiones, con empate a tres, pero Myskina ha ganado las dos de tierra: Palermo, en 1999, y Sarasota (tierra verde) en 2003, ambas en tres sets.
Será la primera final rusa en un torneo femenino de Grand Slam, donde hasta ahora sólo habían coleccionado derrotas. La más dolorosa la de Natasha Zvereva en Roland Garros contra la alemana Steffi Graf en 1988, la más corta en la historia, con 6-0 y 6-0 en 34 minutos. Olga Morozova, que viaja con Dementieva ahora, perdió la de Wimbledon en 1974 contra Chris Evert por 6-0 y 6-4, y también la de Roland Garros ese mismo año y contra la misma rival, por 6-1 y 6-2. En el circuito masculino, Marat Safin, campeón del Abierto de EEUU en 2000, y Yevgueny Kafelnikov, vencedor del Abierto de Australia en 1999 y en París en 1996, han sido los mejores rusos. Como país, Rusia ganó la Copa Davis en l 2002 además de alcanzar también la final en 1994 y 1995. En la Copa Federación ha sido tres veces finalista: en 1988, 1990 y 2001.
Elena y Anastasia pertenecen al mismo club de Moscú, el Spartak, conocido más por sus éxitos en fútbol y hockey, y donde se conocen desde niñas. Empezaron con el mismo entrenador, y aunque no han brillado con la luz exterior de la más famosa de las rusas recientes, Anna Kournikova, ahora están en disposición de luchar por un grande, oportunidad que nunca tuvo la novia de Enrique Iglesias (semifinalista en Wimbledon en 1997). La llegada de dos rusas a la final de Roland Garros confirma el empuje del tenis de este país que tiene a 13 de ellas entre las cien primeras y a siete entres las 25 mejores. Myskina ya se ha asegurado ser la número tres del mundo, mientras que Dementieva será la sexta.
Elena, criticada por falta de agresividad en los momentos cruciales, ha necesitado cuatro años para volver al gran nivel que exhibió en el 2000 cuando fue semifinalista del Abierto de Estados Unidos y medalla de plata en los JJOO de Sydney. Las lesiones se lo impidieron y quizás los tres títulos que posee serían más de no ser por ello. Paola Suárez entregó los dos parciales con sendas dobles faltas (cuarta y octava). Fue un reflejo de la impotencia que notó en la pista central, donde resultó masacrada en el primer set en 27 minutos, por el revés angulado y la eléctrica derecha de Dementieva. La argentina necesitó 39 minutos para ganar su primer juego, una ruptura, y en el segundo set tuvo sus opciones, peleando al máximo para situarse con 4-3 y 5-4 y servicio. En esa última ocasión se le escapó el partido, pues Dementieva ganó los tres últimos juegos consecutivos.
Myskina, con siete títulos, uno de ellos este año en Doha, tenía la papeleta más complicada, pues se enfrentaba con la campeona del 2001 y con una jugadora que le había ganado en cinco de las seis ocasiones entre ambas. Pero Myskina tomó delantera inmediatamente al situarse con 3-0 en el primer set y aunque Jennifer recuperó hasta el 3-2, la rusa ganó los tres siguientes. La historia del segundo set fue muy similar y Anastasia se apuntó la victoria a la primera oportunidad, para colocarse en una final del Grand Slam casi sin creérselo, pues en tres intervenciones anteriores en París sólo había ganado un partido.