L D (EFE) Mientras Moyá, quinto favorito, destrozaba al holandés Raemon Sluiter por 6-0, 6-3 y 6-4 en una hora y 31 minutos, Robredo (17) se deshacía del chileno Nicolás Massú, undécimo cabeza de serie, por 6-2, 6-0 y 6-2 en cinco minutos más. Un español tiene asegurada ya la plaza para los cuartos de final y saldrá de ese duelo del próximo domingo.
El de Palma jugó tan a placer como el de Hostalric, controlando la situación, marcando un parcial de 9-0 y sin ceder una sola vez su saque. Su comienzo arrollador le permitió recrearse en la faena después y acabar a la primera oportunidad con una convincente volea de derecha, con la que firmó su victoria número 28 en tierra batida esta temporada. En su casillero quedaron 42 golpes ganadores y sólo 19 errores no forzados y la firma de un campeón que quiere volver a serlo de nuevo.
Pero Robredo no le fue a la zaga. El catalán tiene frescas aún sus victorias el año pasado en estas mismas pistas, donde dejó fuera de combate al australiano Lleyton Hewitt y al brasileño Gustavo Kuerten. Además se ha visto beneficiado de las lesiones de Massú, resentido en el hombro en la final de la Copa del Mundo por equipos de Dusseldorf la semana pasada, cuando se enfrentó contra el australiano Mark Philippoussis y una nueva, en París, en el glúteo izquierdo, de la que era tratado al final del primer set. Tommy le endosó 14 juegos consecutivos y nunca se sintió inquietado por el jugador sudamericano. Ahora espera que el domingo sea, por fin, su día y logre vencer a Moyá, a quien nunca ha logrado arrebatar un set en tres encuentros. Será un duelo entre el campeón de Roma y el de Barcelona, con la vista puesta en el argentino Guillermo Coria, que va por la misma zona del cuadro y que también impresionaba con su victoria sobre el croata Mario Ancic, por 6-3, 6-1 y 6-2.
El de Palma jugó tan a placer como el de Hostalric, controlando la situación, marcando un parcial de 9-0 y sin ceder una sola vez su saque. Su comienzo arrollador le permitió recrearse en la faena después y acabar a la primera oportunidad con una convincente volea de derecha, con la que firmó su victoria número 28 en tierra batida esta temporada. En su casillero quedaron 42 golpes ganadores y sólo 19 errores no forzados y la firma de un campeón que quiere volver a serlo de nuevo.
Pero Robredo no le fue a la zaga. El catalán tiene frescas aún sus victorias el año pasado en estas mismas pistas, donde dejó fuera de combate al australiano Lleyton Hewitt y al brasileño Gustavo Kuerten. Además se ha visto beneficiado de las lesiones de Massú, resentido en el hombro en la final de la Copa del Mundo por equipos de Dusseldorf la semana pasada, cuando se enfrentó contra el australiano Mark Philippoussis y una nueva, en París, en el glúteo izquierdo, de la que era tratado al final del primer set. Tommy le endosó 14 juegos consecutivos y nunca se sintió inquietado por el jugador sudamericano. Ahora espera que el domingo sea, por fin, su día y logre vencer a Moyá, a quien nunca ha logrado arrebatar un set en tres encuentros. Será un duelo entre el campeón de Roma y el de Barcelona, con la vista puesta en el argentino Guillermo Coria, que va por la misma zona del cuadro y que también impresionaba con su victoria sobre el croata Mario Ancic, por 6-3, 6-1 y 6-2.
Caen Corretja, Mantilla y Galo Blanco
Estas dos han sido las únicas victorias españolas de la jornada. Porque Alex Corretja, aunque se reencontraba con su juego, se ha visto superado por el argentino Juan Ignacio Chela (22), por 6-4, 6-4, 4-6 y 6-3 en tres horas y 23 minutos. Alex, finalista en París en 1998 y 2001, no ha querido hablar de retirada. "Sé que ahora trabajo en la oscuridad, pero me encuentro jugando tan bien de nuevo, que hasta yo mismo me lo digo sorprendido", comentaba el barcelonés. Chela, campeón en Estoril, ha demostrado que tiene más ritmo de partidos que el español y una seguridad mayor en estos momentos.
Para el asturiano Galo Blanco también ha sido un día fatal. Contaba con esperanzas de superar al británico Tim Henman, a quien derrotó en Montecarlo en 1998, pero ante el que cayó en Roland Garros hace dos años. El de Oxford está desconocido en tierra esta edición y su alergia a la superficie lenta parece haber dado paso a una querencia y saber estar desconocidas. Henman ha superado ya al francés Cyril Saulnier, al alemán Lars Burgsmuller y ahora a Blanco, cuartofinalista en 1997, con un agresivo juego en la red y un contundente servicio, para imponerse al español por 7-6 (7-3), 6-1 y 6-2 en una hora y 54 minutos, para conseguir después de nueve apariciones su primer acceso a octavos de final.
El ruso Marat Safin ha estado más inspirado y contundente que Félix Mantilla para resolver el encuentro aplazado el jueves por la noche de la segunda ronda, interrumpido con 7-7 en el quinto set por falta de luz. Después de su espectáculo, con bajada de pantalones incluido y de recibir un punto de penalización por esa exhibición, Safin cerraba el duelo contra el barcelonés con un resultado favorable de 6-4, 2-6, 6-2, 6-7 (4-7) y 11-9 tras cuatro horas y 39 minutos de lucha.
Arantxa Parra salió a por todas ante Mauresmo
El miedo escénico no ha impedido a Arantxa Parra salir a por todas contra la francesa Amelie Mauresmo, tercera favorita, en la pista central, y la valenciana llegó incluso a dominar por 3-0, pero el tenis de la mejor raqueta gala terminó imponiéndose por 6-3 y 6-2, con lo que Virginia Ruano se ha quedado sola en el cuadro como única española, para medirse este sábado con la italiana Francesca Schiavone.