Por fin la joven promesa alemana se ha hecho mayor y por fin se ha proclamado campeón del Mundo. Nico Rosberg ha conseguido su primer título tras varios años luchando con el mejor, Lewis Hamilton que pese a su estrategia y su tenacidad en pista no ha logrado alcanzar a su compañero de equipo que este año ha sido más regular que él. El gran premio de Abu Dabi ha demostrado la calidad de Hamilton que ha ido ralentizando la carrera para aumentar la tensión de Rosberg que ha tenido a los rivales, los Red Bull y los Ferrari, a penas unos metros de su alerón trasero.
Pese a todos los esfuerzos Nico ha vuelto a demostrar que es un piloto regular, duro y con una sangre fría que bien vale un Mundial. Después de conducir varios años el mejor coche de la parrilla pero ver cómo su compañero de equipo era el que se llevaba el gato al agua le ha llegado su momento. Era el elegido por el equipo desde el inicio de la temporada, es el niño bueno el que no se prodiga por las fiestas, no abusa de las redes sociales y no ocupa portadas de la prensa del colorín. Un piloto asentado, controlable con mejor imagen que Hamilton pero, pese a su título, peor piloto que el inglés. La regularidad, su paciencia han sido su mejor arma y ha sido suficiente para demostrar que los niños buenos también ganan.
Nico Rosberg no sólo consigue su primer título sino que junto a su padre se convierte en el segundo hijo de un padre campeón del mundo de la F1. Keke Rosberg consiguió el título en 1982 y ahora, 34 años después, su hijo ha querido seguir sus pasos. Un hecho histórico porque sólo los Hills lo hicieron. Hasta ahora eran los únicos, Graham en los sesenta y Damon en los noventa, pero en aquella ocasión el padre no pudo ver a su hijo coronarse ya que falleció años antes a consecuencia de un accidente de tráfico. Pero Keke si ha podido abrazar a su hijo y celebrar juntos este hito tan especial para la familia Rosberg y para el automovilismo alemán.
Es positivo para el espectáculo de la F1 que haya alternancia en los pilotos que ganan el Mundial, el problema es que no hay alternancia cuando se trata de monoplazas, el Mundial es sólo cosa de los Mercedes y los demás sólo les queda recoger las migajas. Eso es lo que tiene que cambiar. Ahora es momento de las celebraciones, de los balances y de descansar, pero algo tiene que cambiar.
Nico Rosberg ya forma parte del selecto grupo de pilotos campeones un logro que le debe ayudar dar ese paso que le falta para ser genial, brillante como Hamilton. Si lo hace el próximo año no habrá que esperar hasta la última carrera, aunque la afición siempre agradece que la emoción aguante hasta el final.
Felicidades, Nico.