Mientras comenzamos una nueva semana de entrenamientos en Jerez –donde posiblemente veamos los últimos cambios en los equipos y donde además aparece por fin el Force India con
Un elemento muy importante durante las carreras es la comunicación entre pilotos y sus directores. Michael Schumacher tuvo en Ross Brawn a uno de sus grandes aliados para lograr los mundiales con Ferrari y Ayrton Senna a Ron Dennis con el que logró sus tres campeonatos mundiales. En la actualidad eso sigue siendo válido aunque parece ser que algunos responsables de equipos olvidan la presión que resisten sus pilotos mientras conducen a altas velocidades.
El primer caso es el de David Coulthard durante el GP de Canadá en 2007 en el que finalmente tuvo que abandonar en la vuelta 36 por un problema en la caja de cambios de su Red Bull. El escocés comenzó a detectar varios fallos en su coche. Su ingeniero se lo pregunta dos veces por la radio: "¿Cómo está el coche?". La respuesta es reveladora: "No bien, no gira, no frena, no hay tracción. Aparte de eso es genial y me estoy divirtiendo mucho". Al final le dicen: "Aguanta ahí, aguanta ahí". ¿Es o no es de chiste?
En el segundo caso, el chiste casi lo hace el ingeniero. El comentario está hecho desde el muro de Toyota a Jarno Trulli en el GP de Turquía de 2008. Ese domingo el italiano terminó décimo a poco más de un segundo por detrás de Coulthard. Le dicen al piloto: "Jarno estamos en la P10 ahora. Coulthard delante tuyo a unos tres segundos y Rosberg otro segundo delante. Intenta alcanzar ese grupo". Sospecho que el bueno de Jarno, siempre muy competitivo, recibió de mala forma la orden y por eso respondió –me parece– con mucha ironía: "No te preocupes, estoy empujando como el infierno".