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¡Arráncalo, por Dios!

¿Qué más debe demostrar Carlos Sainz?

¿Cuántos pensaron que Carlos Sainz abandonaría el Dakar atascado o accidentado con alguna piedra? ¿Cuántos prejuzgaron a Sainz por ese san Benito de hombre gafe que muchos le endosan desde aquel "Carlos, trata de arrancarlo Ya está bien. Ya está bien de que a un hombre que ha sido doble campeón del Mundo de rallies, campeón deL Mundo de Raid, y ahora dos veces campeón del Dakar lleve esta estúpida y mediocre etiqueta que parece que resuena más que todos los logros que ha conseguido para el automovilismo y el deporte español. A todos nos deberían doler las manos de aplaudir, como ha declarado el propio Fernando Alonso, a este ejemplo de deportista que nunca ha tirado la toalla y que siempre ha confiado en él y en su pasión, pese a los injustos juicios a los que se ha visto sometido. Y si la carrera de Carlos Sainz de verdad refleja a un deportista con mala suerte yo también quiero para mí esa mala suerte. Es el piloto más veterano que ha ganado un Dakar, el último en hacerlo con Peogeot y sin duda ha dado un ejemplo increíble que debe servir para plantearnos el cómo juzgamos y valoramos a nuestros deportistas. No sólo debemos aplaudir los logros, y más si son como el conseguido por Carlos Sainz en este Dakar, sino que también debemos valorar el trabajo de nuestros deportistas cuando sus frutos se quedan atascados en una duna o las lesiones condicionan los resultados.

Si había algún Dakar que había que ganar para hacer historia era, sin duda, el de esta edición, la número 40 y la más dura desde que el trazado discurre por Sudamérica. Un Dakar que ha sorprendido a todos por su dureza, por las dunas imposibles de Perú, el terreno escarpado de Bolivia y los paisajes más extremos de Argentina. Sin duda, el Dakar de los valientes y también el de los más pacientes. Tras más de un lustro corriendo el Dakar, Carlos Sainz ha aprendido que en la carrera de motor más dura del Mundo no gana necesariamente el más rápido, sino el que ha sabido esperar. En esta ocasión a diferencia que en otras ediciones Sainz ha sabido gestionar mejor que nunca la carrera estando en un segundo plano cuando las condiciones no pedían ganar y sabiendo atacar cuando el terreno era más favorable. Una estrategia que siempre le ha funcionado al gran Stephan Peterhansel, que a diferencia de Sainz esta vez ha corrido más riesgo con las consecuencias que ya todos conocemos.

Que Carlos Sainz se retire o no después de esta victoria creo que ahora no es importante. Estoy segura de que aunque Sainz no pilote más un coche, y más en carreras tan extremas como el Dakar, nunca perderá esa pasión que demuestra y confiesa por el motor. El talento no se va, se tiene o no se tiene y a Carlos le sobra talento. Es uno de los mejores pilotos del Mundo y sin duda, uno de los mejores preparadores de coches y esta es una habilidad muy codiciada en un deporte en el que el deportista cuenta sí, pero no es nadie sin su máquina. Por todo ello Carlos Sainz ha demostrado ser no un deportista con suerte sino un deportista brillante, un deportista ejemplar. Gracias Carlos.

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