Australia ha abierto el Mundial de F1 y allí ya hemos podido ver un anticipo de lo que será la temporada. Para empezar, se ha demostrado que los difusores soplados "daban alas" a los dos coches de Red Bull, que aunque no han perdido comba con los McLaren no han dominado con la contundencia que lo hacían la temporada pasada.
La escudería de Christian Horner, con Sebastian Vettel como su principal estandarte, deberá, como el común de los mortales, pelear con el resto de pilotos y trabajar a destajo para conseguir mayor agarre en el tren trasero, problema que atesoran la casi totalidad de los coches de la parilla. Y como ya nos temíamos, el silencio de McLaren durante la pretemporada era más un estrategia que una falta de rumbo por parte del equipo anglo-germano. Dominó en la calificación y ha dominado en la carrera.
Una carrera donde Jenson Button ha demostrado a su compañero de equipo que su superioridad el pasado año no fue una casualidad. El inglés lo tenía claro y desde la primera vuelta atacó a su compatriota, Lewis Hamilton, que perdió la pole antes de llegar a la primera curva y no pudo acercarse lo necesario al número 3 como para inquietar las opciones del inglés. Buen ritmo, buena estrategia, carrera perfecta para Button. Cosas que cambian y cosas que lamentablemente siguen iguales, o no.
Digo esto porque si bien Ferrari sigue igual que el año pasado, con falta de prestaciones respecto a los mejores, tampoco ha cambiado el buen hacer de Fernando Alonso, afortunadamente. El asturiano que salía desde una complicada duodécima posición en la cuarta vuelta ya era sexto, y la quinta posición lograda, detrás de los Red Bull y los McLaren, son fruto de una carrera en la que Fernando ha ido buscando los límites del F2012 y arriesgando a sabiendas de que cada punto es crucial si se quiere optar al campeonato. Para ello Ferrari deberá evolucionar el coche, falta punta y falta agarre, y por qué no, falta también un compañero de equipo que acompañe a Alonso y trabajen juntos en busca de un coche campeón.
La duda que me asalta y es si Alonso hubiera sido capaz de alcanzar el podio de haber salido en las primeras posiciones. Pero dejemos los supuestos para el futuro y analicemos el comportamientote de otros equipos que han plantado cara a los favoritos. Muy buenas sensaciones nos han dejado los Williams, a pesar del accidente de Maldonado que le ha obligado a retirarse en la última vuelta, y buenas sensaciones también en el seno de Sauber. Especialmente la actuación de Sergio Pérez.
El mexicano que salía último, tras cambiar la caja de cambios, ha conseguido colarse en la zona de puntos y terminar octavo, gracias a una estrategia agresiva, similar a la que protagonizó el año pasado, en su primera carrera en la F1, donde también se colocó entre los diez primeros.
La mención especial de este primer gran premio es para Mercedes. La escudería que dirige Ross Brawn ha conseguido un sistema que parece infalible para la calificación pero deben mejorar el ritmo de carrera si quieren ser el cuarto equipo en disputa. El sábado Schumacher y Rosberg usaron un sistema que no es desconocido. Al parecer, cuando los pilotos de Mercedes activan el DRS automáticamente se conecta un sistema similar al conducto F que McLaren puso de moda hace dos temporadas y que fue prohibido por la FIA ya que los pilotos tenían que quitar una de las manos del volante cuando querían activarlo.
El remodelado sistema creado por Brawn evita esto último y permite que el DRS y el conducto F se pongan en marcha simultáneamente. El problema es que en carrera el DRS está limitado a ciertas zonas del circuito y su activación no es libre como sí ocurre en los entrenamientos y la calificación.
Primera carrera y buenas sensaciones. Ha habido adelantamientos, disputas... En definitiva, más competencia y, por lo tanto, más emoción. Esperemos que la igualdad entre los equipos dé a Ferrari el tiempo suficiente para que nadie se escape en la clasificación antes de que desde Maranello den con la evolución correcta. Debemos confiar en Ferrari, por su historia, por su potencial, pero sobre todo porque entre sus filas está Fernando Alonso.