Marc Márquez duda si seguir... ¿con Honda?
Si la moto no se adapta a ti, busca una montura más noble que requiera menos trabajo en las curvas y en cambios de dirección. Esa moto es una Yamaha.
El propio Marc Márquez aseguraba a su llegada a Mugello a su círculo más cerrado que parar, dejar el Mundial, al menos durante un tiempo, es una opción que cobra cada día más fuerza. Falta de confianza y de feeling en la moto y mucho dolor en el hombro lesionado, están retrasando la incorporación real del Ilerdense al Mundial. Nadie dijo que fuera a ser fácil, pero la Honda es posiblemente la peor moto en estos momentos para Márquez. Una moto nerviosa, que tarda en calentar el neumático, muy sensible y que precisa de mucho control, sobre todo del tren delantero. Y ese control es lo que precisamente le falta a Márquez. Él mismo ha asegurado que no puede mover la moto como quisiera y por primera vez en su carrera, es la moto la que le lleva a él y no al contrario, que es lo ideal.
Como ya dijimos en anteriores entradas del blog, para que Marc pueda llegar al máximo nivel con Honda es casi imprescindible caerse, buscar los límites, saber donde está el punto crítico y Marc ahora no se puede permitir una caída y tampoco está en condiciones para llevar al límite a la moto del ala dorada. Un riesgo que muchas veces olvidamos en el mundo de las motos, como se ha visto este fin de semana con la muerte del piloto suizo Jason Dupasquier.
El propio Márquez nos daba la razón en declaraciones a los medios el viernes en Italia asegurando que, para recuperar el nivel con Honda tiene que caerse, hay que buscar los límites, y eso tal y como están las cosas, es un riesgo que ahora mismo no creo que esté a la altura del piloto español y más cuando nadie sabe qué te espera tras cada caída. A veces es sólo un hombro, una tibia, un peroné, pero quien se dedica a este deporte sabe que el riesgo es parte de la competición, es parte del motociclismo. Simocelli, Tomizawa, Kato, Salom o Dupasquier ahora, todos ellos son un mínimo ejemplo de los pilotos fallecidos en carrera y aunque sea durante unos minutos enfrenta a los pilotos a sus peores miedos, y no todos están en la misma forma física y mental para asumirlo.
Si Márquez continua en las próximas carreras, sigue compitiendo en el campeonato de MotoGP es porque necesita sumar kilómetros, probarse cada fin de semana encima de la moto, adaptar la Honda a las nuevas circunstancias y prepararse para el próximo año. Poco o nada le gusta al piloto de Honda tener que buscar los rebufos en la clasificación para arañar décimas y subir en la parrilla, como ocurrió con Maverick el sábado. Pero de este tipo de picaresca no se vive, y tampoco se es campeón del mundo, así que no vale.
Y en este difícil camino de recuperación al final habrá solo dos opciones. La primera es que Marc haya conseguido domar de nuevo a la Honda y recuperar su tono muscular y su confianza. La segunda pasa por una decisión algo más salomónica: si la moto no se adapta a ti, si te exige más de lo que puedes dar, busca otra montura más noble, que requiera de menos trabajo en las curvas y en los cambios de dirección. Esa moto es una Yamaha, y quién sabe porque Quartararo está muy fuerte, logrando nueva victoria en Italia que le afianza en el liderato de la categoría reina, pero la escuadra del triple diapasón lleva algunas carreras algo huérfano con la llamativa bajada de rendimiento de Maverick Viñales. Para Yamaha sería perfecto, fichan al único piloto que puede hacer correr a la Honda y se llevan a un campeonísimo.