Los españoles se lucen en casa
Da igual en qué circuito les toque correr y quiénes sean los rivales, porque en lo que llevamos de Mundial los nuestros no saben ni de unos ni de otros. Con ellos les basta.
Si bien es cierto que veníamos de marcar un récord en Austin, donde los españoles coparon 8 de los 9 peldaños de podio posibles, la proporción lograda en Jerez no se aleja nada, 7 de 9. Con las gradas abarrotadas y el mejor ambiente posible los pilotos españoles salieron a lucirse ante su afición y vaya si lo consiguieron.
Lo mejor estuvo en la categoría reina, donde la sorpresa la dio un gran Dani Pedrosa que consiguió superar al hombre que había marcado el ritmo durante todo el fin de semana, Jorge Lorenzo. Dani firmó una carrera de la suyas, de las que le gustan. Confiado en que su ritmo era mejor que el del mallorquín le pasó y se fue en solitario ampliando el hueco entre ambos según pasaban los giros. Una carrera sin peros del de Honda que se coloca en la lucha por el título y lo que es más importante, le sirve para callar algunas bocas y coger confianza de cara a la gira europea.
Mientras, los dos líderes del Mundial, hasta el momento, Jorge Lorenzo y Marc Márquez vivieron su lucha particular por la segunda posición y el liderato. Cuando parecía que la experiencia ganaría a la juventud, fue en la última curva, la bautizada con el nombre de Jorge Lorenzo, así lo quiso el destino, donde el ímpetu de Marc ganó al mallorquín de una forma no muy elegante.
Marc llegó demasiado pasado y tuvo que abrir su trazada para evitar males mayores, lo que provocó que ambos pilotos chocaran y Lorenzo se llevara la peor parte al irse por fuera de la pista. Para Márquez, que debió de hacer algo de autocrítica, no fue más que un lance de carrera y para Lorenzo, algo más aunque prefirió callarse y no echar leña al fuego.
Sin duda, es un lance de carrera pero es poco elegante adelantar a alguien así en la última curva. Un adelantamiento que le ha colocado líder del Mundial en solitario por delante del vigente campeón y su compañero de equipo.
Por detrás, Rossi, al que se le vio con ganas en las primeras vueltas pero que apenas pudo mantener el ritmo del trío español un par de giros y suficiente tuvo con mantener a raya al inglés Crutchlow, quinto, y a Álvaro Bautista, sexto. Mucho le queda todavía al italiano si quiere ganar carreras y ya no digamos si quiere pelear por el Mundial.
El dominio español estuvo latente también en Moto2, donde un recién licenciado en victorias, Tito Rabat, dejó sin opciones a sus adversarios. Con un ritmo diabólico el catalán tiró desde la primera curva y hasta el final firmando la carrera perfecta.
Más difícil lo tuvo Pol Espargaró, que tiró de orgullo y de mucha calidad para coger y adelantar al japonés Nakagami y consolidar una tercera posición que le supo a gloria después del cero marcado en Austin.
Y aunque también español fue el ganador de Moto3, Maverick Viñales, la carrera se vio un poco alterada como consecuencia de una caída muy fea de uno de los competidores que llevó a los comisarios a parar la carrera cuando ya se habían cumplido las dos terceras partes. Esto evitó que viéramos la lucha final entre Maverick y Salom, que tuvo que conformarse con la segunda posición. El alemán Folger les acompañó en el podio después de las caídas de Rins y Márquez.
Con todo no sólo podemos sacar una conclusión positiva por el número de veces que se alza la bandera española y que suena el himno de nuestro país, sino porque en los tres grandes premios que llevamos los ganadores de cada una de las tres categorías han sido distintos. La mejor situación posible para vivir un Mundial abierto, emocionante y muy luchado. Bravo una vez más por los nuestros que tienen, sin duda, comida la moral al resto de pilotos. Nos vemos en Le Mans.