No creo en fantasmas pero si creyera en ellos nombraría el circuito de Marco Simoncelli, en San Mariano, como el anti circuito para los españoles. Es verdad que uno de ellos Marc Márquez, ha conseguido este fin de semana la victoria en Moto Gp en una carrera loca marcada por la lluvia, pero Marco Simoncelli parece que protege desde el cielo a su gran amigo Valentino Rossi. Como recordarán el pasado año, con Márquez destacado en la clasificación general, Rossi lideraba la carrera con el bicampeón del mundo a menos de un segundo. Cuando Márquez parecía estar más cerca del italiano a punto de asaltar la primera posición, la moto del español se fue de atrás sin que el piloto pudiera corregirlo y terminó en la puzolana y con un cero en el casillero. Tan limpia y rara resultó la caída que parecía que alguien había empujado suavemente la rueda de atrás con la intención de dejar vía libre a Valentino que en aquella ocasión, la pasada temporada, consiguió la victoria frente a su público más fiel.

Algo similar ha ocurrido este año. Cuando parecía que Jorge Lorenzo podía recortar puntos a su compañero de equipo y líder del Mundial, tras un cambio in extremis de moto, el mallorquín se fue violentamente al suelo dejando el Mundial en bandeja a Valentino Rossi. Es verdad que esta vez la ayuda celestial no le valió para ganar la carrera pero sí para asegurar unos puntos que le pueden valer su décimo título.

Metáforas a parte, lo cierto es que Valentino pese a cruzar quinto la línea de meta ha dado un paso de gigante de cara el Mundial y a Lorenzo le puede salir muy caro el error cometido hoy en Missano, cuando intentaba empujar al máximo con la Yamaha mientras Rossi cambiaba la moto en el box.

Lorenzo necesita ganar todos los grandes premios o que Valentino pinche en alguna de las cinco citas que falta para el final de temporada. Un objetivo no tan complejo si tenemos en cuenta que el mallorquín es el piloto que más completo y fuerte se está mostrando en seco, de hecho en San Mariano había marcado la vuelta rápida, batido el tiempo del circuito y conseguido la pole. Sólo la lluvia y la falta de confianza pueden hacer titubear un reto del que Lorenzo es capaz siempre y cuando siga pilotando como lo habíamos visto en otros grandes premios como en Montmeló.