No se le puede pedir más a Fernando Alonso. El piloto español ha luchado con el cuchillo entre los dientes por adelantar posiciones desde el primer instante de la carrera. La velocidad punta del F2012 pudo con los dos McLaren e incluso Fernando dio cuenta de un Red Bull, la lástima es que fuera el de Mark Webber. A diez vueltas para el final, once segundos separaban al asturiano de Sebastian Vettel, demasiados, y demasiado tarde.
Si en Ferrari quieren poner aunque sea un poco nervioso al equipo austriaco tienen que calificar mejor. Hay que estar más cerca de Vettel, porque es en carrera donde las diferencias se acortan y las opciones se multiplican. Si Fernando hubiera salido, ya no segundo, sino tercero hubiera tenido más tiempo para presionar al piloto alemán, al que no le tembló el pulso y dominó de principio a fin y ya son cuatro carreras consecutivas las que se ha llevado el bicampeón.
La lucha es difícil, el propio Fernando Alonso ha asegurado que no se lucha solo contra un piloto, se lucha contra uno de los mejores ingenieros de la Fórmula1, Adrian Newey. El ingeniero ha dado con la solución al vacío dejado por los difusores soplados, no sólo es el doble DRS, hay más y funciona.
Pase lo que pase no hay que menospreciar el trabajo que está haciendo Fernando Alonso. Ha sabido guiar a un equipo algo perdido y exprime al máximo, todo lo que puede, su monoplaza hasta llegar al límite. La carrera de India ha sido un claro ejemplo del potencial de este piloto, que no se dará por vencido hasta que las matemáticas digan lo contrario, y demuestra que es el mejor de la parrilla.
Sí, el mejor, no me duelen prendas en decirlo, ni tiro de patriotismo. Fernando Alonso es uno de los mejores pilotos que han pasado por este deporte por lo que todavía es pronto para eliminarle del Mundial. Queda Abu Dhabi, Austin en EEUU e Interlagos en Brasil. Qué bonito sería que el próximo gran premio nos deparara alguna sorpresa, porqué no, a favor de Fernando. Aquel trazado, en el que hace dos años Ferrari perdió el Mundial por culpa de una mala estrategia, podría devolverle al español aquellos puntos tan importantes. La historia a veces es caprichosa, y esta puede ser una de ellas.
Este es el lado positivo. El negativo es que Fernando tiene que estar al cien por cien para quedar segundo, por detrás de Vettel, y eso no es suficiente. Alonso depende del error del alemán, de que éste no soporte la presión y falle o que el Red Bull se reencuentre con sus problemas de fiabilidad. Pero no parece probable. Pese a todo, seguiremos empujando y seguiremos soñando que es posible. Mientras soñamos, que el sueño no nos nuble la visión de una buena carrera, no sólo de Alonso, sino del resto de pilotos que se juegan la vida a trescientos kilómetros por hora.