La F1 da por concluido el experimento
Muchos desde el principio vimos una contradicción en que la F1 quisiera ser otra cosa distinta de lo que es, un deporte caro, ruidoso y muy competitivo. Intentar reducir costes, o al menos parecerlo, rebajando el presupuesto en motores y pruebas, intentar parecer que este deporte estaba acorde con los nuevos tiempos en materia medioambiental reduciendo el combustible, los motores y los neumáticos, era ridículo. Cuando además el coste medioambiental más grande se produce en los traslados en avión del material de carrera a carrera, que también se lleva un gran bocado del presupuesto.
El colofón a este despropósito vino hace un par de años con la imposición de unos motores V6 turbo híbridos que disparaban los costes y que nos dejaron sin el verdadero sonido de los monoplazas.
Muchos aficionados ya habían pedido un cambio, incluso muchos pilotos y equipos que no han podido avanzar en esta nueva etapa eclipsados por la tecnología Mercedes. Hacia falta un cambio y el cambio ha llegado gracias al nuevo aire que ha traído Liberty Media. El conglomerado de medios estadounidense ha conseguido superar la etapa Ecclestone convenciendo a la FIA de lo que tiene que hace, cambiar el reglamento.
Y tal cosa ha dejado de ser un propósito para se un hecho. FIA, F1 y equipos han llegado a un acuerdo para que en 2021 vuelvan los V10 atmosféricos. Motores más baratos, sí, pero más espectaculares. Motores más competitivos que animen al aficionado, y sobre todo a los pilotos que son los que tienen que conducirlos. Es decepcionante que un piloto no pueda ir al máximo de su rendimiento porque tiene que conservar el motor, o los neumáticos o porque la gasolina no le llegue. Por todo ello aplaudo este acuerdo que supone volver a los orígenes, recuperar esencias y sensaciones. Y ojo porque el nuevo, viejo planteamiento supondría volver a los repostajes e hilar más fino en las estrategias, como cuando los equipos se guardaban mucho de dar pistas a los adversarios de con cuánta gasolina salían a pista, o si preferían hacer mejor vuelta el sábado y alargar la parada el domingo o viceversa.
Está claro que estamos viviendo el fin de una época.