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La carrera más dura de Marc Márquez

Marc Marquez, campeón español. | <span>Cordon Press</span>

Llorando y exhausto, así terminó Marc Márquez la carrera de este domingo en Portimao. Pero la buena noticia es que la terminó en una increíble séptima posición sumando a su casillero los primeros puntos de la temporada y los primeros puntos después de nueve meses de recuperación de su lesión en el brazo derecho.

Desde el principio, desde los primeros libres que corrió el viernes, donde consiguió el tercer mejor tiempo, la clasificación, hasta la carrera Marc ha tenido que recuperar en tres días, todo lo que no ha hecho en los meses que ha estado de baja y hacerlo con dolor y con la suficiente cabeza como para evitar caerse y volver a romperse de nuevo. Mucha responsabilidad, mucha presión y muchas ganas, una auténtica tormenta perfecta no apta para cualquiera.

Marc no sólo ha tenido que volver a recuperar sensaciones, sobre todo en las frenadas donde más trabaja el tren superior del cuerpo, sino también y sobre todo ha tenido que recuperar sensaciones en los adelantamientos y en el cuerpo a cuerpo, por eso en los libres y la clasificación buscaba los rebufos de los pilotos punteros como Joan Mir para poder entrenar lo que solo se puede entrenar en carrera, los adelantamientos y la búsqueda de huecos para adelantar.

Una carrera la de este domingo difícil porque le hemos visto precisamente sufrir mucho en los adelantamientos, en la lucha con los demás pilotos, y es que Márquez todavía, aunque médicamente es apto para correr, no está al 100 por 100 recuperado, en forma.

Nadie más que él y su círculo más cerrado sabe cómo está su hombro derecho, cuánta fuerza ha perdido y cuánta puede llegar a recuperar. No es de extrañar que todo este cóctel de ganas, de dolor y de impotencia por no poder evitar que te pasen, teniendo en cuenta el carácter extremadamente competitivo de Márquez, hayan hecho que el ocho veces campeón del mundo rompiera a llorar nada más llegar al box. Sin mover el brazo lesionado, Marc, después del optimismo del viernes por ser el tercer piloto más rápido, se ha dado un baño de realidad y se ha dado cuenta del camino que le queda por recorrer y por sufrir, pero también de todo lo que ha pasado para poder volver al Mundial.

Este campeonato, más que un Mundial para él, será un entrenamiento para recuperar a su mejor versión. Sólo las vueltas, el prueba y error y el pundonor de volver a ser la referencia, el enemigo a batir, devolverán a Márquez a su sitio. Pero ojo, que pese a todo, la séptima posición de Márquez es brutal, no sólo por todo lo dicho anteriormente sino porque ha sido, por ejemplo, la mejor Honda en carrera y ha conseguido terminar por delante de pilotos como Viñales, que sí opta al Mundial, o mantenerse en pista, algo que no hicieron pilotos del nombre de Rins, Bagnaia o un tal Valentino Rossi.

El próximo gran premio será en casa, en el circuito de Jerez, dentro de quince días, suficientes para que Márquez se recupere, piense y vuelva con la misma o más fuerza a un buen circuito para él pero de nuevo muy exigente debido al número de curvas que dibujan el trazado gaditano.

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