No, no ha vuelto a ganar pero ha vuelto a nacer. Si bien es cierto que los McLaren han mejorado en rendimiento y fiabilidad todavía están lejos de los puestos de cabeza. Ha sido sorprendente ver salir por su propio pie al piloto asturiano de un monoplaza prácticamente desintegrado, tras chocar con el muro en varias ocasiones y dar varias vueltas de campana. El accidente se produjo cuando Fernando Alonso estaba a punto de adelantar al Haas de Gutiérrez, perdió la referencia de frenada e impactó directamente con el monoplaza del mexicano. Sin puntos, sí, posiblemente con una unidad de potencia menos, también, pero ileso.
Por lo demás, parece que la carrera ha sido lo de siempre pero si leemos la letra pequeña, y aunque es pronto para sacar conclusiones, podemos decir que las cosas no les serán tan fáciles a los Mercedes esta temporada. Partían con las primeras posiciones en parrilla pero la salida de los Ferrari sorprendió a las flechas plateadas que tuvieron más trabajo de lo habitual, sobre todo Hamilton que cayó en la primera vuelta hasta la sexta posición tras patinarle el coche en la salida.
Tanto Sebastian Vettel, que lideró gran parte de la carrera, como Raikonnen, que tuvo que abandonar por un problema mecánico, los Ferrari pusieron en aprietos a Hamilton y Rosberg en la primera fase del gran premio, aunque al final la superioridad de Mercedes se impuso a unos Ferrari que aunque más competitivos les falta algo de desarrollo para luchar de tú a tú con el equipo alemán. Y todo trufado con una bandera roja, consecuencia del accidente de Fernando Alonso, que puso en aprietos a los equipos y comprometió muchas de las estrategias.
Por último, reseñable el gran trabajo de Carlos Sainz en esta primera carrera, aunque la novena posición le ha sabido poco al madrileño que llegó a rodar quinto. Un fallo en la elección de neumáticos tras la bandera roja le condenó al vagón de cola de los puntos. Con mucho ojo se tendrá que andar Sainz con su compañero de equipo, Max Verstappen que no dudó en poner en entredicho por la radio las cualidades y la capacidad de Carlos a la hora de superar pilotos, y lo hizo con un tono algo airado y una conducción que casi le vale el abandono a los dos pilotos de Toro Rosso.
Lo cierto es que la carrera de Australia nos ha dejado con ganas de más, la suerte es que el próximo fin de semana volverá el circo esta vez a Bahrein donde esperemos que la FIA cancele el nuevo modelo de clasificación que sólo recabó adjetivos negativos por parte de equipos y pilotos. Un fiasco que se veía venir y que no tiene parangón en este deporte.