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¡Arráncalo, por Dios!

Enorme Webber y amenazante Red Bull

Recuerdo que hace algunos meses todo el mundo daba ya por terminado el Mundial 2009 ante el dominio aplastante de los Brawn GP y sobre todo de Button. Y no sólo me refiero a los aficionados sino también desde el mismo paddock. Uno de ellos era Flavio Briatore. No podían estar más equivocados. Este campeonato está vivo, más vivo que nunca gracias en gran parte –o exclusivamente– a las enormes mejoras de Red Bull y al excelente momento de sus dos pilotos.

Si hace tres semanas fue Vettel el que redondeó una excelente victoria en Silverstone, esta vez fue su compañero de equipo el que lo hizo en Nurburgring. ¡Qué merecido lo tenía Mark Webber después de muy buenas carreras y sobre todo de un fin de semana perfecto! No hay que olvidar además que el australiano sufrió una muy injusta sanción tras un toque con Barrichello en los primeros metros del gran premio. Injusta porque se trató de un incidente de carrera y además nadie terminó mal parado. Parece mentira que pese a eso, Webber lograra sobreponerse y conseguir una inmensa victoria.

Analizando fríamente el GP, hay que reconocer que Brawn GP tuvo mucho que ver con el resultado final. No hay duda de que se equivocaron en todo o en casi todo. Primero, la estrategia de tres paradas no tenía mucho sentido cuando todos habían optado por sólo dos. Además, eligieron mal los neumáticos y tuvieron más problemas que nadie para tenerlos a punto. La prueba es que no dejamos de ver cómo intentaban calentarlos, incluso en la recta principal, perdiendo cierta velocidad punta. Y si encima de esa discutible elección se suma la mala suerte de Barrichello en su segunda parada, pues la victoria era imposible. Cuando el brasileño entró por segunda vez a los boxes en la vuelta 32, parecía que podría cambiar de estrategia para acabar la carrera. Pero no fue así –el equipo tuvo un problema con la manguera de gasolina– y 18 vueltas después se vio obligado a entrar perdiendo toda posibilidad de podio cuando antes de la carrera, era uno de los grandes favoritos. Lo mismo cuando Webber tuvo que cumplir con el injusto drive-trough.

Aquí hay dos claras situaciones: un equipo como Red Bull que comienza a creerse la posibilidad de cazar a Button –aunque con el handicap de tener a sus dos pilotos con posibilidades–, y otro como el de Brawn GP que ve con preocupación que esta segunda mitad de Mundial no será tan fácil como la primera. Sin duda, los que disfrutamos de la Fórmula 1 somos los más beneficiados. Este final de campeonato será apasionante pero ojo, que Button sigue siendo líder destacado de la clasificación por delante de Vettel (a 21 puntos) y de Webber (a 22,5 puntos) y sigue siendo el mejor colocado para alzarse con el título.

Además de eso, la mejora de Ferrari es evidente. Por fin sus dos pilotos lograron entrar en la Q3 del sábado y pese a salir algo retrasados, el KERS fue clave para lograr una gran salida tanto de Massa como de Raikkonen. El sistema también fue aprovechado por Hamilton aunque éste sufrió el pinchazo de uno de sus neumáticos cuando había superado a casi todos. Y si hay que destacar dos grandes carreras, éstas son las de Rosberg y Sutil. El primero partió desde el puesto 15 y llegó cuarto. El segundo de ellos tuvo mala suerte y otra vez por culpa de Raikkonen. Si en 2008 el finlandés lo embistió a la salida del túnel de Mónaco, esta vez se precipitó cuando el de Force India salía de boxes y tocó su alerón delantero, obligándole a cambiarlo una vuelta después y destruyendo una gran carrera que hubiera podido darle sus primeros puntos del Mundial.

Mención aparte merece Fernando Alonso. No miento si afirmo que en la primera mitad de carrera se nos había perdido en medio del pelotón. Su partida no fue buena y perdió puestos. Como viene siendo habitual este año, se vio obligado a remar y padecer a los pilotos que no lograba pasar ni siquiera en boxes. Sin embargo, en la segunda mitad de carrera todo fue distinto. Parecía otro coche, capaz de pelear con los mejores de la parrilla. No fue una mera impresión sino una realidad ya que los Brawn GP tuvieron que aguantar la presión de español durante más de 10 vueltas. Pero este final de carrera para Alonso y el R29 no es una novedad ya que en otras carreras de este año ya destacamos el buen rendimiento que logra sacarle al Renault cuando no tiene tráfico por delante, marcando tiempos parecidos –y en este caso mejores– a los punteros. Es obvio que esa mejor vuelta en carrera no pasará a la historia, pero lo cierto es que refleja un claro síntoma.

En Silverstone lo pensamos y hoy en Nurburgring lo confirmamos: ¡Hay Mundial! Lo que ha hecho Red Bull es realmente admirable. Si Brawn GP tiene su genio –Ross Brawn–, el equipo austriaco tiene al suyo, Adrian Newey. Eso sí, perfectamente dirigido por Christian Horner. En dos semanas, en Hungría, la cosa se puede seguir poniendo más emocionante. Ojalá sea así por el bien de los aficionados y sobre todo de la Fórmula Uno, tan maltratada en los últimos meses.

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