
El GP de Austria embiste de frente a la familia de MotoGP

Dos Grandes Premios en el Red Bull Ring que han marcado el futuro de la categoría reina del motociclismo. El primero en hacer temblar los cimientos era Valentino Rossi, que no por esperada acaparaba menos flashes en el anuncio de su retirada. Una retirada que en mi opinión llega tarde, no era necesario ver a Valentino peleándose con los pilotos de cola y cometiendo tantos fallos como los vistos esta temporada, e incluso, la pasada. No hay que restarle mérito al Il Dottore ni olvidar lo que ha supuesto para el mundo del motociclismo y sin duda hay que alagarle el gusto por querer seguir pese a todo y todos.
Es verdad que las altas esferas del Mundial han tenido que ver con que Valentino se quedara más tiempo, nadie quería que se fuera porque seguía siendo un valor para el campeonato tanto de imagen como en lo económico. Pero la consolidación del fenómeno Márquez y la llegada de otros gallos como Quartararo, Mir o Zarco han dejado sin hueco a Valentino.
Unos que se van y otros que vuelven, aunque tímidamente. Fue el caso de Dani Pedrosa, ahora probador de KTM. El protagonista de la revolución sufrida por la fábrica austriaca se merecía volver, pero sin presiones, a las que fueron sus casas durante tantos años, los circuitos. La vuelta duró poco, pero duró.
Austria también nos ha dejado la victoria de Jorge Martín en la categoría reina, otro español de los tantos que optan ya cada fin de semana a la victoria. El piloto madrileño estuvo a punto de retirarse después de que un accidente en Portimao le produjera la rotura de 7 huesos que le han obligado a estar más de tres meses de baja. A su vuelta, la moto seguía en su sitio y su talento también, tanto que pudo firmar en Austria la primera victoria de su vida en MotoGP y que todos le miren ahora, sobre todo en Ducati, como el adversario más duro que le ha salido a Fabio Quartararo.
Y Austria no sería Austria sin los titulares que nos ha dejado estos dos fines de semana Maverick Viñales. Primero su censurable uso de la Yamaha durante el primer fin de semana que provocó la retirada en carrera y la amonestación de la fábrica japonesa, y después su anuncio de que formará parte del equipo Aprilia el próximo año.
Sobre lo primero, y tras las disculpas de Maverick, la verdad es que por muy frustrado que estés dice muy poco de un piloto, de su seriedad y de su profesionalidad el riesgo que supuso para la moto, para él mismo y para el resto de pilotos forzar la Yamaha de esa manera. Bien están las disculpas pero no me extraña que Aprilia solo haya fichado con Maverick un año con posibilidad de renovar uno más después de todo lo sucedido no sólo en MotoGP sino lo ya vivido hace unos años en Moto3. Un piloto con esos impulsos, bien propios o alentados por su entorno no es una buena inversión para ningún equipo. En cualquier caso, el mejor Maverick es increíble y aunque el fichaje por Aprilia sea un paso atrás en categoría y salario, quizás es lo que necesita para volver a ser el Maverick de siempre.
Se supone que Silverstone no puede dejar más terremotos que las propias carreras, pero los temblores sísmicos nunca se esperan, así que habrá que esperar.