Alonso y Hamilton, la cara y la cruz de Malasia
El circuito de Sepang se ha convertido en juez y parte del Mundial. Cuando parecía que Lewis Hamilton podía recuperar las riendas del campeonato, el motor de su Mercedes le abandonó, dejándole casi sin opciones frente a su compañero de equipo Nico Rosberg, que se tuvo que conformar con la tercera posición más dulce de su carrera deportiva.
Falló lo último que Hamilton esperaba que fallase: el motor. En Singapur fueron los frenos y en Malasia el corazón del Mercedes, prácticamente recién estrenado y con el que Hamilton debía terminar la temporada. En definitiva, un auténtico desastre para el inglés. La única esperanza que le queda a Hamilton es esperar que a su compañero de equipo le pase lo mismo y se iguale así el campeonato, pero las probabilidades son más bien escasas.
Y si Hamilton ha sido sin dudarlo la cruz de este fin de semana, Fernando Alonso ha sido, también sin dudarlo, la cara. El asturiano salía el último debido al cambio de varios de los componentes de su monoplaza y pese a ello alcanzó con holgura la zona de puntos protagonizando una de las mejores remontadas de su carrera deportiva. Algo así es imposible de hacer sin un coche que responda, y el McLaren-Honda lo empieza hacer. Buena salida, buena estrategia y buen rendimiento del monoplaza que le permitió a Alonso remontar hasta en dos ocasiones, primero antes del segundo coche de seguridad virtual, cuando alcanzó la novena posición; después, y tras cambiar neumáticos, volvió a escalar posiciones hasta la séptima plaza.
Ahora sí hay motivos para ser optimistas, para imaginar un Honda ganador, un Fernando en el podio y una lucha por el campeonato. El camino ha sido largo y difícil, pero con su tesón y paciencia es posible que Fernando tenga dentro de no mucho su recompensa. Ojalá esto no sea un espejismo, sino el inicio de algo grande.