En este Proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética ya aprobado por el Gobierno, no se incluirá finalmente aquella prohibición a los coches de combustión a partir de 2040 de la que hacían gala, una de sus partes más polémicas.
Sin embargo, no será este el camino por el que se pretenda sacar de las carreteras a estos vehículos, pero sí habrá otras fórmulas con el mismo fin. Se promoverán una serie de medidas que acaben agotando la demanda de esta clase de modelos, entre los que, además de los diésel y gasolina, también se incluyen los híbridos. Con estas medidas se espera que la demanda de esta serie de vehículos llegue a 0 en el año 2050... habrá que ver.
Pero para poder optar a un mundo sin motores de combustión en nuestros coches, habrá que tener alguna alternativa que no nos cueste un riñón en comparación con los modelos diésel o gasolina. Es por esto que desde el Gobierno esgrimen que se efectuarán una serie de ayudas para impulsar la movilidad eléctrica, tanto para la venta de vehículos como para el desarrollo de una correcta red de recarga, ya que las infraestructuras actuales son una auténtica lotería, pueden estar a 100 km como pueden estar ocupadas una vez se llega a ellas. Estas ayudas tendrán una duración de al menos 5 años, hasta 2025, ya que desde el Gobierno se maneja que para compensar la diferencia de precios entre los eléctricos y los modelos de combustión, con este periodo de tiempo es suficiente, ya que según sus cálculos entre 2023 y 2027 los precios de ambas tecnologías se equipararán... habrá que ver de nuevo.
Por último, entre las medidas incluidas en este proyecto de ley y que afectan directamente al automóvil y por consiguiente a sus dueños, está que se establezcan zonas de bajas emisiones en todas aquellas localidades que tengan más de 50.000 habitantes, teniendo los ayuntamientos que establecerlas antes de 2023 y además crear medidas que mitiguen o reduzcan las emisiones que genere la movilidad de sus ciudadanos.